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Paseos y excursiones en Villa Pehuenia

Batea Mahuida

Majestuoso volcán de cumbre inmaculada, el Parque de Nieve Batea Mahuida presenta la singular característica de saber combinar la recreación aventurera y la cultura originaria. Sí, este centro invernal orientado a la práctica del esquí y el snowboard mezcla en su propuesta turística la tradición de la comunidad aborigen que lo dirige y administra.

En Batea Mahuida se puede aprender a esquiar en modalidades nórdica y alpina, pasear en motos de nieve, disfrutar de recorridos en trineos; caminar con raquetas entre los bosques de araucarias, degustar exquisitas comidas típicas y deleitarse con las bellas artesanías elaboradas por la agrupación mapuche Puel.

El parque brinda alquiler de equipos, sala de primeros auxilios y una confitería que ofrece variedad de platos, tortas, chocolates y otros. Funciona además una Escuela de Esquí a cargo de capacitados instructores mapuches, en la cual se dictan clases individuales y grupales adecuando la enseñanza al nivel y la edad de los esquiadores para garantizar una experiencia divertida y segura.

Batea Mahuida
Lago Moquehue

Espejo de agua cristalina emergente al oeste del Lago Aluminé, tras la angostura, el Lago Moquehue seduce con su belleza inigualable.

De color azulado y costas acantiladas, invita a realizar intensas caminatas que, conquistando las miradas y las sensaciones, llevan hasta su espacio de existencia.

En sus alrededores se extiende un amplio sector de camping donde la consigna consiste simplemente en dedicarse a disfrutar de agradables jornadas en contacto con la naturaleza y sumidos en una serenidad que acaricia el alma.

Lago Moquehue
Miradores de Villa Pehuenia

A la vera de la ruta y un poco más alto, entre Villa Pehuenia y Moquehue, existen miradores cuyos balcones naturales y señalizados despliegan ante las miradas embelesadas la magia del paisaje de los lagos contrastando con el paisaje de la cordillera. A continuación, algunos de ellos:

Mirador de Paso del Arco: capta la margen sur del lago Aluminé pudiéndoselo apreciar en casi toda su dimensión con un fondo cordillerano y aves cruzando los cielos.

Mirador de las Antenas: abarca la hermosura paisajística de la villa, los lagos Moquehue y Aluminé, la angostura de los lagos y una inigualable vista de las montañas.

Mirador del Golfo: se encuentra ubicado en las cercanías del Golfo Azul, pequeña península con playas blancas, y apta para embarcarse. Se divisan islas, gran parte de la arquitectura de la villa y un sector de la llamada ruta gastronómica.

Mirador de la Cumbre: se ubica en la cumbre del Batea Mahuida, permitiendo capturar la imponente imagen de los volcanes Lanín, Villarrica, Llaima, Lonquimay, Tol Guaca; los lagos Aluminé y Moquehue con sus islas; y la Península los Coíhues.

Miradores de Villa Pehuenia
Parque Nacional Laguna Blanca

Engalanado por un paisaje extrañamente volcánico, el Parque Nacional Laguna Blanca, situado hacia el noroeste de la provincia de Neuquén, en cercanías a Zapala, fue creado en el año 1940 con la consigna de conservar este importante espacio de nidificación del cisne de cuello negro. Extendiéndose en una superficie de 11.250 hectáreas, e integrando el listado de Humedales de Importancia Internacional, este parque resguarda formas de vida acuáticas y terrestres, así como variadas especies endémicas.

El rasgo más característico de este Parque Nacional es el cuerpo de agua conocido como Laguna Blanca, el cual aparece enclavado entre cerros cónicos, de pendientes suaves y bardas de paredes abruptas, que sirven de hábitat a aves de presa como el aguilucho y el halcón peregrino. La laguna, de 1.700 hectáreas de superficie, es alimentada por los arroyos temporarios Llano Blanco y Pichi-ireco, y es visitada permanentemente por una variada avifauna acuática que conforma el atractivo primordial del Parque.

La multitud de aves que frecuenta el Parque Nacional Laguna Blanca incluye flamencos, patos, chorlos, playeros, macáes plateados; mientras que entre los anfibios se destaca la rana acuática patagónica, endémica del lugar, y actualmente en grave peligro de extinción por la introducción de especies que predan sobre ella.

Las plantas del área protegida se caracterizan por ostentar púas, espinas, raíces profundas, y una baja estatura. Encuentran también su espacio entre las especies vegetales del parque comunidades terrestres típicas de la estepa, como arbustales, duraznillo, neneo y molle, y pastizales de coirón y gramilla.

Pero ello no es todo, este destacable Parque Nacional resguarda además un relevante patrimonio cultural de la región, consistente básicamente en sepulturas, herramientas construidas en piedra, y grabados sobre los paredones rocosos, pertenecientes a las antiguas comunidades aborígenes que habitaran en las costas de la Laguna Blanca.

Parque Nacional Laguna Blanca
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