Atractivo principal de la ciudad de Anillaco, la Iglesia de San Antonio se alza fastuosamente reformada, con muros de piedra, fachada neoclásica y un campanario de hormigón armado que reemplaza al original.
Obra de Casimiro Godoy, la iglesia fue levantada en el año 1862, y actualmente recuerda la sismicidad del territorio riojano.
Cuenta con dos detalles curiosos: detrás del altar aparecen dos ángeles, creación del uruguayo Carlos Páez Vilaró; y en su frente un reloj pintado que puede confundirse con la realidad.
La iglesia se erige en el centro de la ciudad, frente a la plaza principal.
Ciudad natal del ex presidente Carlos Saúl Menem, Anillaco conserva entre sus atractivos huellas de la vida y obra del mismo.
Así podrá contemplar la vieja casona familiar de los Menem; la famosa pista de aterrizaje mandada a construir durante su gestión; la avenida de acceso al poblado, la cual ostenta su nombre; y la prestigiosa Bodega San Huberto, denominada con anterioridad Bodega Menem, entre otros espacios y edificaciones.
Gran peñasco de aproximadamente 12 metros de alto, cuyo perfil se asemeja a un rostro humano en el que los católicos reconocen a Jesús, El Señor de la Peña está situado en El Barrial de Arauco. Se cree que se trata de un desprendimiento del Cordón de Velazco, provocado talvez por algún terremoto.
La adoración del Señor de la Peña es una de las tradiciones más caras al sentir de la provincia, la cual habría tenido su origen en el respeto indígena a esta piedra como a un dios, Llastay, protector de la montaña y de la caza, y su consecuente comunicación a los conquistadores españoles que, en su afán de conseguir la sumisión nativa, habrían señalado en ella la figura universal de Cristo.
Este atractivo puede ser visitado cualquier día del año, no obstante es durante la Semana Santa que las multitudes llegan hasta la roca como muestra de fe y esperanza.
Exótica construcción que permite sumergirse en la imaginación perdiendo la noción del tiempo y el espacio, el Castillo de Dionisio Aizcorbe se ha convertido en el mayor atractivo del poblado de Santa Vera Cruz.
Escritor, filósofo y fotógrafo aficionado, Don Dionisio llegó algún día desde Santa Fe para quedarse por siempre en esta villa de la Costa Riojana donde haría de su casa un extraño castillo de piedra y cemento antecedido por hermosos jardines.
Todas las paredes externas de la casa de Dionisio están cubiertas por diferentes esculturas, y una de las fachadas tiene tallada una serie de dibujos con forma de máscaras de color rojo, negro y blanco con reminiscencias africanas.
Un lugar indescriptible que vale la pena conocer y disfrutar.
Se alza en las afueras de Santa Vera Cruz.