Caracterizado por su origen glaciar y su desagüe oceánico, el Lago Lácar corre en dirección este – oeste engreído y ornamentado desde las alturas por la exuberante vegetación que cubre las elevaciones de sus bordes. De un brillante azul que deslumbra los sentidos de quienes se acercan hasta sus costas, este espejo de agua ha acompañado la evolución de San Martín de los Andes desde su nacimiento, significando en la actualidad uno de sus principales atractivos turísticos, tanto a nivel paisajístico como recreativo.
Generador de una amplia y arenosa playa que en épocas estivales recibe la mayor afluencia turística de la zona, este espejo majestuoso se ofrece óptimo y tranquilo para la práctica de los más variados deportes náuticos y el disfrute de actividades balnearias.
Ostentando en cada temporada un paisaje distinto, que va desde los verdes vivos hasta la blanca nieve, pasando por los ocres otoñales, el Lago Lácar constituye por sí mismo una de las excursiones lacustres más tradicionales de San Martín de los Andes cada vez que sus cristalinas aguas invitan a una navegación pacífica y atrapante por los apasionantes marcos patagónicos.
Un agradable y entretenido recorrido por los senderos que señala el bosque conducen hacia este balcón natural desde el cual la mirada logra abarcar la ciudad de San Martín de los Andes, el majestuoso Lago Lácar, cerros de las más variadas características, y Piedra de Trompul. 800 m de altura deben alcanzarse para conseguir esta incomparable vista panorámica que quedará grabada en la retina por siempre.
Situado en tierras pertenecientes a la Comunidad Mapuche Curruhuinca, el mirador permite además el contacto directo con los pobladores originarios del lugar y el conocimiento de sus creencias y tradiciones.
Continuando el trayecto por otra media hora, el esfuerzo gratifica con el descubrimiento de una encantadora playa de arenas limpias que contempla desde pocos metros de distancia a una isla natural de singular belleza.
Creada con el fin notable de proteger el bosque puro de cipreses cordilleranos y el marco paisajístico en el que éste se sitúa, la reserva se ha convertido en un espacio donde disfrutar de excelentes jornadas en contacto con la naturaleza. Posee además un área recreativa en la que han sido instalados interesantes juegos para la diversión de los más chicos, y un atractivo mirador que permite divisar la ciudad de San Martín de Los Andes, el Lago Lácar y el Cerro Bandurrias.
Apacibles paseos, safaris fotográficos, contemplación de especies autóctonas que han evolucionado junto a las coníferas preservadas, pic-nics con la comodidad de los servicios necesarios, la Reserva Natural del Centenario ha desarrollado una cartelera de opciones recreativas en la que toda la familia puede complacerse.
Se encuentra emplazada en el Cerro Comandante Díaz. Para acceder a ella se debe ascender por la Cuesta Juez de Paz Quiroga desde el Lago Lácar continuando, luego de pasar por el Hotel Sol, por el camino que conduce hacia el Mirador Arrayán.
Un sinuoso camino de montaña señala el acceso a la paradisíaca Playa Catritre emergida sobre la margen izquierda del Lago Lácar. Después de atravesar un añoso bosque, la limpia arena y la magnífica vegetación que bordean al maravilloso espejo de agua, no le permitirán resistir la tentación de permanecer en este oasis disfrutando de sus bellezas y servicios.
Se accede a Playa Catritre saliendo de la ciudad de San Martín de los Andes por RN 234 hacia el suroeste.
Apenas unos kilómetros más adelante aguarda otro irrechazable atractivo patagónico: la Villa Quila Quina con su playa, sus huellas de arte rupestre y su incomparable Cascada del Arroyo Grande, un majestuoso salto de agua que corre entre gigantescas y azuladas rocas. En este lugar las opciones de turismo activo incluyen caminatas, trekking, deportes náuticos, circuitos en 4x4, pesca y campamentismo.
Centro de atracción turística que no reconoce temporadas, el Cerro Chapelco es parte de un cordón montañoso que se desprende de la Cordillera de los Andes tentando con su geografía y naturaleza a la práctica de los más aventurados deportes en cualquier época del año.
Importante centro de esquí y snowboard en invierno, el Chapelco cuenta con pistas para todos los niveles, que van desde suaves pendientes para principiantes, hasta pistas negras, bumps y saltos para esquiadores expertos, siempre respaldado con una completa infraestructura de servicios; mientras que en las estaciones más cálidas, las opciones se enmarcan dentro del turismo de aventura y la contemplación de los milagros que la naturaleza ha esparcido por estas alturas: travesías en 4x4, piscina de montaña, cabalgatas, tobogán andino, trekking, arquería, parapente.
Se encuentra también en el lugar el Parque de los Chicos, donde los más pequeños son orientados hacia la conservación del medio ambiente; y el Bosque de los Huskies, donde dichos animalitos lo invitarán a un paseo en trineo a través de extensiones tupidas de lengas.
Modernos medios de ascenso, entre los que destacan las telecabinas únicas en Sudamérica, guarderías infantiles, boutiques donde conseguir todo lo necesario para vivir una excelente jornada, servicios gastronómicos de gran calidad.
Mítico y desafiante, el Volcán Lanín se alza en plena Cordillera de los Andes con su forma cónica casi perfecta y su fuego extinguido. Convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la región, su ascenso requiere de tres días de trekking en pleno Parque Nacional Lanín, pasando las noches en refugios de montaña y aventurándose a cada paso por la traicionera nieve que lo cubre permanentemente permanentemente.
Con 2.000 m de altura más que los cerros que lo circundan, el Lanín puede vislumbrarse a 100 km de distancia con cielo despejado, invadiendo al contemplador aún desde la lejanía con una indescriptible sensación de inmensidad y plenitud. Blanco, imponente y de una belleza incomparable, permite en su ascenso deslumbrarse con el descubrimiento de bosques de cipreses, araucarias, coihues y lengas, de acuerdo a la altura alcanzada, y numerosos y atractivos lagos como el Huechulafquen, Epulafquen y Paimún.
La travesía hacia este macizo andino exige la compañía de un guía de montaña que indicará el equipamiento necesario y el modo adecuado de llegar a la cima. Parte de la ciudad de San Martín de los Andes, pasando frente a la localidad de Junín de los Andes.
Desde allí se recorren 60 km hasta Paso Tromen, lugar donde se encuentra la Seccional Río Turbio del Parque Nacional Lanín, para dirigirse luego hacia el puesto del guardaparque, donde se designan los refugios nocturnos y se explican las condiciones de ascenso.
Un circuito de bellezas cristalinas se bifurca hacia diferentes puntos cardinales a escasos kilómetros de la ciudad de San Martín de los Andes, cautivando a quienes lo recorren en cualquier época del año. Partiendo hacia el noroeste, el primero en aparecer a 12 km es el Lago Lolog, la mayor reserva de agua de óptima calidad, rodeado por cerros de mediana altura que exhiben una exuberante vegetación entre la que domina el coihue. Un poco más allá se descubren los lagos Curruhué Chico y Curruhué Grande, obteniéndose desde el mirador natural de este último una impactante escena de valles glaciarios. Las Lagunas Verdes, Escorial y Del Toro preludiarán la esplendorosa muestra del pasado volcánico de la región hasta chocar con su máxima expresión: un río de lava petrificada, producto de la erupción del Volcán Achén Ñiyeu, que atraviesa la ruta para volcarse en las aguas del Lago Epulafquen. Se encontrarán aquí 19 pozos de aguas termonimerales y un camping organizado dónde disfrutar de múltiples actividades.
Hacia el noreste, y a 61 km de San Martín de los Andes, brota el grandioso Lago Huechulaufquen conectándose por medio de la angostura La Unión con el Lago Paimún, cuyas playas de arenas negras, estampa de la actividad volcánica de otros tiempos, constituyen un especial atractivo turístico.