En la extensa costa del río Paraná, los pescadores se aprecian como una postal ribereña dibujada por la mano de la naturaleza. La riqueza íctica resguardada por este Pariente del Mar promete, tanto a aficionados como expertos, una práctica deportiva enmarcada en un excepcional paisaje. El Puerto, el Canal de acceso, Cancha Larga, Tres Bocas, Paranacito y Puerto Esquina, esperan ansiosos a los adeptos a la pesca.
A lo largo de arroyos, lagunas, bañados, los pescadores encontrarán especies pequeñas de dorados, los que podrán atrapar en la modalidad Mosca para disfrutar de un momento de acción. Por su parte, la pesca del sábalo está prohibida por ser el alimento de más de veinte especies de importancia comercial como el surubí, patí, dorado y amarillo.
Es en la época estival, ya sea durante el ocaso o en horas de la noche, que el lugar se ofrece propicio para la búsqueda de surubíes, armados y patíes grandes, navegando cursos como el Careaga, el Fogonazo, La Primera.
Pero ello no es todo, porque en esta gran ciudad santafesina las posibilidades de pesca son tan amplias como la dimensión de islas existente entre Rosario, y las localidades entrerrianas de Diamante y Victoria. Es allí, específicamente en la zona de puertos Gaboto y San Martín, donde se forman importantes cebaderos para bogas y moncholos a causa de la presencia de barcos cerealeros, y donde el pescador satisface sus ansias de captura.
