Lugar en el que se hace presente la espiritualidad, el Santuario Nuestra Señora de las Nieves y Beata Laura Vicuña constituye uno de los atractivos religiosos más significantes de la Patagonia. Fue inaugurado en 1999 y resguarda desde entonces la reliquia -una vértebra- de la Beata Laura Vicuña, conocida en el pueblo como la santita.

Laura fue una joven de origen chileno que llegó a Junín de los Andes junto a su hermana y su madre huyendo de la guerra civil en su país. Siendo apenas una adolescente decide ofrecer su vida a Dios por la conversión de su madre. Fallece antes de cumplir trece años, despertando una inmensa fe católica por su vida ejemplar y su buen accionar. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II tras su primer milagro concretado al curar a una religiosa a la cual le diagnosticaban pocos meses de vida.

Importante muestra de la cultura Mapuche, compuesta por elementos recogidos en todo el territorio de Neuquén, el Museo Municipal Mapuche comenzó a funcionar en la semana del Aborigen de 1988 con una exhibición de restos arqueológicos traídos a Junín de los Andes por el sacerdote Pascual Marchesotti, quien en sus viajes por la Patagonia supo dar valor a los restos de esta cultura nativa de gran influencia en la zona.

Al ingresar al museo, en un pequeño rincón a la izquierda, se halla una zorrita gris, una cabeza de ciervo, piedras volcánicas, árboles petrificados, y un muestrario de algunas especies vegetales propias del bosque Andino Patagónico como el maitén, el chacay, el ñire y la siete venas que, a modo de curiosidad, sostiene una iguana.

En las distintas vitrinas y estantes se pueden observar instrumentos musicales, tejidos, matras, artesanías, dos grandes mapas, (uno con la ubicación de los pueblos aborígenes de la Argentina y el otro con las Comunidades Mapuches de la provincia del Neuquén), los que, junto con otros elementos, conforman el gran espectro del museo.

Desde Junín de los Andes, y luego de transitar 4Kms. por Ruta Nacional Nº 234, se accede a la Ruta Provincial Nº 61 acompañada a la derecha por el río Chimehuín.

Luego de 22 km se arriba al extremo este del Lago Huechulafquen, portal del Parque Nacional Lanín. En este paraje, las Comunidades Mapuche Cañicul y Raquitué ofrecen sus artesanías y platos típicos seduciendo a los viajeros con colores y aromas.

En la margen norte del lago se observan numerosas zonas de acampe libre, camping organizados y agrestes. Y un poco más allá, casi dando salida al Huechulafquen para encontrar al Lago Paimún, el Puerto Canoa invita a disfrutar de agradables excursiones lacustres en un marco constituido por las bellezas propias del espejo de agua y el macizo andino donde destaca el Volcán Lanín cubierto de nieve durante todo el año.

Espacio más que significativo para quien desee conocer un poco de la historia local y regional, el Museo Privado de Don Moisés Roca Jalil conserva en su interior una innumerable cantidad de piezas que datan de la época en que funcionaba la familiar Casa de Ramos Generales “La Flor del Día”.

El edificio en sí es ya una reliquia, porque fue en él que existió hasta 1982 ese tradicional espacio de intercambio de mercancías que hoy recuerda en los enseres que ofrece a la admiración de los visitantes.

Tejido, piezas de madera y alfarería mapuche; restos arqueológicos; escritos históricos; armas y otros objetos utilizados en la Conquista del Desierto; espuelas, estribos, aros, bombillas y frenos antiquísimos; tinta para plumas, plancha a gas, una cafetera a kerosene de 1950; cueros de gato montés; libros en los que se llevaba la contabilidad del negocio; una de las primeras fotocopiadoras; entre otros fragmentos del pasado.

La ciudad de Junín de los Andes se yergue a la margen del río Chimehuin, un prodigioso espacio para la pesca deportiva de salmónidos.

Desde siempre este río ha sido fuente de vida para los habitantes de la zona, tanto por la pureza y nobleza de sus aguas, como por las posibilidades turísticas y recreativas que ofrece a lo largo de sus 50 km de longitud.

Aprovechado durante todo el año por los habitantes de la ciudad para la recreación y el esparcimiento, este fantástico balneario atrae hacia sus costas a todo visitante de la ciudad y los alrededores.

Coronado por una cruz blanca que puede verse desde toda la localidad de Junín de los Andes, el Cerro de la Cruz es desde 1950 punto de referencia, no sólo geográfico sino también espiritual. A su pie se descubre el inicio de la magnífica obra artística Vía Christi con más de 200 km de recorrido.

Las estaciones que componen el trayecto figuran imágenes de la vida de Cristo y la iglesia. Su particularidad está dada por tratarse de esculturas con rostros mapuches, erigidas sobre solados circulares que representan el sol y exhiben simbologías de las culturas precolombinas.

Las 18 estaciones existentes están conectadas entre sí por un sendero construido con materiales naturales, un puente de troncos, y agua de una vertiente natural como símbolo del origen de la vida.

Combinando verdes intensos con el blanco inmaculado de la cima de Los Andes, el Parque Nacional Lanín se alza al sudeste de la provincia de Neuquén, limitando al oeste con territorio chileno, y al sur con el Parque Nacional Nahuel Huapi. Postal deslumbrante del territorio patagónico de Argentina, se extiende en una superficie de 379 mil hectáreas, invitando a la aventura y el cuidado de la naturaleza.

Creado en 1937 con el objeto de preservar los ecosistemas y paisajes naturales que en él se encuentran, el Parque Nacional Lanín alcanzó singular importancia para la localidad neuquina, ya que la protección del patrimonio arbóreo traería aparejada la desaparición de la industria maderera, que movilizara la economía regional hasta entonces, y el inicio del desarrollo de la actividad turística.

Bosques puros y mixtos, especies arbóreas características como el pehuen, el pellín y el raulín que sólo crecen en la provincia de Neuquén; especies faunísticas autóctonas entre las que destacan puma, pudu, monito de monte, zorro colorado y varios roedores; animales en peligro de extinción como el huemul y el huillín; especies faunísticas introducidas como conejo y liebre europeos, visón norteamericano, ciervo colorado y jabalí; y una avifauna compuesta por ejemplares de paloma araucana, cóndor, churrín grande y carpintero negro, entre otros; conforman el atractivo natural del Parque Nacional Lanín, sin omitir su encanto geográfico y paisajístico.

Mítico y desafiante, el Volcán Lanín, con su forma cónica casi perfecta y su fuego extinguido, da nombre a esta reserva sentándose como uno de sus principales magnetismos turísticos. Su ascenso requiere de tres días de trekking en pleno Parque Nacional, pasando las noches en refugios de montaña y aventurándose a cada paso por la traicionera nieve que lo cubre permanentemente. Blanco, imponente y de una belleza incomparable, permite deslumbrarse con el descubrimiento de bosques de cipreses, araucarias, coihues y lengas, de acuerdo a la altura alcanzada, y con fascinantes lagos como el Huechulafquen, Epulafquen y Paimún.