Se encuentra en las cercanías del Circuito Chico, entre el Lago Moreno y la RN 237, rodeada por un bello entorno montañoso, con pintorescas casas de madera que brindan un encanto particular.
Fue lugar de asentamiento a fines del siglo XIX, de inmigrantes suizos y franceses, como las familias Goye y Mermoud quienes se dedicaron a la cría de ganado y a la plantación de cebada y centeno. A causa del turismo, muchos de ellos se trasladaron a San Carlos de Bariloche, pero todavía quedan allí ganaderos o familias que cultivan frambuesas y viven en sus pintorescas casas de madera. Actualmente, los descendientes se dedican a la producción de conservas, dulces, licores caseros de frutales y por la preparación del tradicional curanto, comida araucana elaborada con diferentes carnes y verduras cosidas entre piedras calientes. En febrero tiene lugar la fiesta anual .
También pueden ser visitada la estación de piscicultura sobre las aguas del lago Moreno Este y las plantaciones de fruta fina, donde se pueden adquirir auténticos productos regionales.
El lugar también ofrece lugares de venta de artesanías, proveedurías para posibles acampantes , hosterías y casas de té.
El mismo se emplaza al oeste de la ciudad, específicamente en la Av. Exequiel Bustillo km 25. El predio se encuentra en una pequeña colina entre los lagos Nahuel Huapi y Moreno. Es una construcción de principios del siglo XX de estilo canadiense, realizada en madera, piedra y tejas normandas. Con 173 habitaciones y 28 suites, cuenta además con cancha de golf de 18 hoyos, spa, y pileta climatizada.
El hotel fue emplazado dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, rodeado de cristalinos lagos, majestuosas montañas y bosques, que le conceden una vista sin igual en la región. Desde sus instalaciones pueden apreciarse los cerros López, Capilla y el Tronador.
A 300 m del hotel se alza la pintoresca Capilla San Eduardo que alberga una serie de frisos donados por el artista plástico Raúl Soldi.También en las cercanías se encuentra Puerto Pañuelo.
Se parte desde Colonia Suiza. Esta picada requiere entre 4 y 6 horas de marcha y un buen estado físico, aunque no es una travesía difícil de hacer. La senda esta señalizada visualmente con marcas rojas en aerosol de color rojo, como casi todas las sendas que te llevan a un refugio. Estas marcas rojas están en los troncos de los árboles y en piedras.
Una vez que se está en la picada se irá recorriendo bosques, áreas abiertas, mallines y roca. El terreno es plano o en leve pendiente ascendente durante la mayor parte del recorrido, la senda se mantiene siempre a la izquierda del arroyo Goye. Después empieza la subida más abrupta, hasta cruzar dos arroyos, primero el Navidad y luego el Negro o Goye. Desde ahí comienza lo que se conoce como el caracol, el camino empieza a subir notoriamente en forma de S o en zig-zag, facilitando la subida al refugio. A mitad del caracol probablemente todo el grupo se esté preguntado porqué están haciendo eso, pero apenas terminan de subir la recompensa vale la pena, ante sus ojos estarán laguna Negra, los cerros Negro (el más alto del lugar), Gordo, Bailey Willis, Manolo y Marino, y obviamente el refugio.
Al Frey se puede llegar por el filo del cerro Catedral o por la llamada picada eslovena.
La travesía por el filo del Catedral es una excursión de verano que comienza donde terminan los medios de elevación, por lo tanto hay que tomar los medios de elevación del cerro para llegar al comienzo de esta picada. El tiempo de caminata varía entre 2 ½ y 3 horas. La senda está bien marcada con pintura roja, pero hay que tener en cuenta que el terreno es pedrero, bastante irregular y accidentado al principio pero sin dificultades. Se recomienda hacer esta excursión con buen clima y sin excesivo viento. Hay que descender con precaución para evitar lastimarse.
La picada eslovena es la forma convencional de llegar al refugio. Empieza a un costado de la playa de estacionamiento del centro de esquí del cerro Catedral, donde un gran cartel de madera con letras blancas (visible desde la parada de colectivos) anuncia el refugio Frey. Hay que seguir las flechas que orientan al comienzo y una vez enfilada la ancha huella caminar unos 30 minutos hasta que se transforma en sendero.
Esta picada se dirige hacia el sur hasta llegar al valle del arroyo Van Titter donde comienza a subir. Tras dos horas de marcha se cruza el puente sobre el mencionado arroyo, para llegar 20 minutos más tarde a Piedritas, parada clásica de descanso. Con una hora más de caminata se llega al refugio Frey. Se estima que la caminata en total lleva 3 ½ horas, y se considera de baja dificultad. Otra opción es empezar a subir por villa Los Coihues – donde también hay una picada bien señalizada – hasta el valle Van Titter, allí se puede empalmar con la picada eslovena. El tiempo de marcha por este camino es aproximadamente de cuatro horas.
El refugio en sí es una verdadera obra maestra del tallado del granito; los dinteles, antepechos, aristas y otros detalles de gran calidad lograron que el edificio no desentonara en el paisaje. Durante el verano -desde diciembre hasta fines de abril- es atendido por un refugiero asignado por el Club. El refugio permanece abierto también durante el invierno, aunque hay que informarse sobre el estado de la picada y las comodidades del refugio en esa época, antes de subir.
El recorrido comienza por uno de los accesos más utilizados es decir por Casa de Piedra y demanda entre 5 y 7 horas de marcha dependiendo del caminante. Esta picada comienza en la Ruta 252 a 1 km del puente que cruza al arroyo Casa de Piedra.
La gente del refugio Jakob ofrece entre sus servicios hacer este traslado hasta el punto de partida de la picada, para ello hay que hacer la reserva previa, en el almacén “La Ernestina” (ubicado en Pto. Moreno, en el Km 10 de la Avenida Bustillo).
Una vez en el inicio de la picada, desde el lugar denominado “Tambo”, empieza la senda. Después de caminar 800 m se ingresa en un bosque de coihues altos y pronto se desciende hasta la margen del arroyo Casa de Piedra.
El arroyo queda a la izquierda de los viajeros, hasta llegar a un puente colgante que permite el cruce. A partir de ahí, el arroyo queda a la derecha de la picada. Se continúa hasta un bosque alto desde donde empieza a subir lentamente el desnivel hasta encontrar nuevamente el arroyo, una escalerita metálica y cuerda. Se badea el arroyo para luego caminar los últimos 45 minutos y así acceder al refugio.
El ascenso a este cerro se puede hacer caminado o por medio de aerosillas. La vista desde la cumbre es espectacular, y muchas personas coinciden en que es una de las mejores de Bariloche e incluso del mundo. También hay una confitería en la que se puede disfrutar de la cocina y repostería casera.
Para llegar al pie del Cerro Campanario hay que tomar por la avenida Bustillo hasta el Kilómetro 17,500.
Todo el trayecto hasta el cerro aunque se hace por una ruta muy concurrida, es hermoso. Y una vez que se está al pie del cerro se puede optar por subir por la aerosilla o caminando. Por supuesto que la forma más descansada es subir por aerosilla y es lo recomendable para personas mayores, con movilidad reducida, que no tengan muy buen estado físico o no quieran cansarse.
Para los que tienen ganas de caminar un rato, subir a pie es una buena opción. El cerro no es muy alto (la cumbre está a unos 1050 m sobre el nivel del mar) y aunque se sube permanentemente, se está en la cumbre en unos 30 minutos.
Se recomienda llevar agua, algo de abrigo, y si está lluvioso o ventoso un rompevientos o similar, protector solar y anteojos para el sol.
Desde la cumbre del cerro Campanario se pueden ver los lagos, montañas, bosques y cielos de los alrededores.
Se ven los lagos Nahuel Huapi y Perito Moreno, laguna El Trébol, penínsulas San Pedro y Llao Llao, Isla Victoria, los cerros Otto, López, Goye, Bellavista, Catedral, Capilla; el hotel Llao Llao, las arboledas de Colonia Suiza, entre otros puntos de interés. Los cielos, los bosques, y sobretodo el conjunto de la naturaleza, la visión total de este lugar maravilloso que es la Patagonia andina, es lo que más conmueve.
La visión panorámica y las sensaciones que regala el cerro Campanario son muy recomendables, tanto para turistas como para residentes.
Caracterizado por la variedad de sus paisajes, su majestuosidad y trascendencia, el Parque Nacional Nahuel Huapi, yace en la intersección de las provincias de Neuquén y Río Negro, en proximidad a la ciudad de San Carlos de Bariloche, y abarcando una extensión de 750 mil hectáreas. Protegiendo, desde su creación en 1934, un área representativa de la región andina del norte de la Patagonia, limita al oeste con la República de Chile, al norte con el Parque Nacional Lanín, e incluye dentro de su territorio al específico Parque Nacional Los Arrayanes.
En el Parque Nacional Nahuel Huapi existen predominantemente bosques mixtos de lengas, ñires y coihues. Sin embargo, hay lugares donde los bosques son de otros tipos. Así pueden encontrarse dentro este espacio protegido ecosistemas como el bosque puro de arrayanes, la selva valdiviana en la zona de Puerto Blest, ó los Parques Nacionales Lago Puelo y Los Alerces en el extremo norte de la provincia de Chubut. Bosques en los que reinan ejemplares de coihue, alerce, mañiú y ciprés de las guaitecas, encontrándose además una gran cantidad de formas vegetales, con un sotobosque poblado por enredaderas, hongos, musgos y líquenes.
De origen glaciar, y presentando una superficie de 560 km2, los brazos del encantador Lago Nahuel Huapi penetran en los bosques del Parque Nacional de igual nombre convirtiéndolo en escenario ideal para el desarrollo de excursiones lacustres, siendo las más conocidas las que tienen como destino final la Isla Victoria, el Bosque de Arrayanes y el Puerto Blest. Al igual que él, otras maravillas acuosas de menor extensión se internan entre los espacios espesamente arbolados del área protegida, destacándose entre ellos el Traful, el Espejo y el Villarino en la zona norte; el Gutierrez, el Mascardi, el Guillelmo y el Steffen en la zona sur.
En cuanto a la fauna, no hay en el Parque Nacional Nahuel Huapi demasiados representantes del reino animal. Algunas especies autóctonas de mamíferos, como pumas, pudúes, monitos de monte, zorros, roedores, huemules y huillines -éstas dos últimas en grave peligro de extinción-; y otras introducidas o exóticas, como ciervos colorados, jabalíes, conejos y liebres europeo, y visones norteamericanos, integran su variedad faunística, la que también se conforma por palomas araucanas, carpinteros, churrines grandes y cóndores.
Dentro del área protegida se desarrollan diversas actividades turístico-recreativas, entre las que destacan campamentismo, turismo de estancia; navegación en diversas modalidades; kayak; canotaje; trekking; rafting; buceo; cabalgatas; excursiones en bicicleta; escalada en roca y en hielo; pesca deportiva, y caza de especies autorizadas.
Distante por unos 25 minutos de navegación desde el Puerto San Carlos. Isla Huemul, cuenta con un área ecológica, un área histórica y un área de recreación y turismo que permiten disfrutar bajo un mismo ecosistema el bosque valdiviano, el bosque de arrayanes, y el boque subantártico.
En medio de una recorrida por los inicios de la historia nuclear en la Argentina, se puede visitar el laboratorio del científico alemán Ronald Richter, en medio de otros tantos edificios donde se llevaron a cabo las primeras experiencias nucleares nacionales.
También puede visitarse la exposición fotográfica-histórica que alude a llegada a la isla de la embarcación ''Modesta Victoria'' a fines del siglo pasado y disfrutar de una vista panorámica del lago y las montañas. Existen sanitarios y confitería. La excursión es de medio día.
Esta bellísima excursión tiene la característica de visitar las cercanías del cerro Tronador, disfrutando de una excelente navegación por el Lago Mascardi.
Se parte de la ciudad por la ruta 258 hacia Puerto Mascardi, para embarcar en el Victoria II, realizando un hermoso paseo de una hora hacia el Hotel Tronador. Desde allí, por una picada se asciende hasta la cascada desde donde se pueden admirar los setenta metros de desnivel que pertenecen a este salto, o partir en transportes terrestres hasta la base del cerro Tronador.
La excursión se inicia en Puerto Pañuelo, navegando las aguas del brazo Blest, en el lago Nahuel Huapi. El recorrido nos acerca al lugar donde descansan los restos del Perito Moreno, o nos recuerda los lejanos fiordos noruegos y los canales fueguinos.
Tras unos minutos de navegación, se podrán observar los cerros Capilla y Millaqueo que enmarcan la boca de ingreso al brazo Blest. A poco tiempo de navegación aparecen las Islas Mellizas y cerca de allí se registra la máxima profundidad conocida del lago en 464 m. Luego de pasar por Playa de las Arañas y por Cascada Blanca se llega a Puerto Blest, El lugar es uno de los más lluviosos del país, hecho que favorece la aparición de la llamada selva valdiviana, cuyos árboles de gran tamaño -coihues y alerces- contrastan con un piso arbustivo más bajo donde se enlazan lianas y enredaderas, con presencia de una atmósfera húmeda que genera hierbas, musgos y hongos.
Luego de navegar aproximadamente una hora y media, se arriba a Puerto Cántaros, ubicado frente al Puerto Blest donde se constituye el itinerario lacustre por el Lago Nahuel Huapi. Se desembarca y continúa a pie por un sendero escalonado hacia los tres miradores naturales que bordean la cascada Los Cántaros. Hay que animarse a subir los incontables escalones de tronco en medio del ambiente fresco y aromado hasta llegar a la laguna de Los Cántaros. Se puede apreciar durante el trayecto toda la belleza de la selva Valdiviana que acompañará al turista hasta la laguna Los Cántaros. Desde allí se sigue el recorrido hasta el Lago Frías en ómnibus. Por un sendero, en dos horas de caminata hasta la hostería , allí se toma el ómnibus que va al Lago Frías. Es un paseo muy pintoresco y boscoso que corre por una huella de 6 km paralela al río Frías en cuyo recorrido se pueden observar Coíhues de gran antigüedad.
Continuando en ómnibus hasta Puerto Alegre, y en el catamarán El Caleuche, por el Lago Frías hasta el puerto del mismo nombre, se llega a la aduana, desde donde nuevamente se toma el ómnibus hasta Peulla. Desde allí se embarca en catamarán para el cruce del Lago Todos los Santos hasta Puerto Petrohué; y desde allí en ómnibus para arribar a Puerto Varas o Puerto Montt.
Partiendo desde Puerto Pañuelo ubicado en kilómetro 225 de la Av. Ezequiel Bustillo y a una hora cuarenta de navegación, esta isla es la más extensa del lago, con una superficie de 3700 hectáreas y un largo de 20 km. Es posible realizar excursiones y caminatas por ella, recorriendo el vivero de coníferas y una serie de miradores naturales, así como también visitar sus variadas lagunas y sus cuatro puertos y gozar de la presencia de la única colonia de cormoranes de agua dulce, los cormoranes imperiales, faisanes, pavos reales, pájaros carpinteros y colibríes.
Con un complejo gastronómico de primer nivel y una moderna aerosilla, esta isla representa una reserva natural importante que encierra además, pinturas rupestres con una antigüedad superior a los 500 años.
Luego se volverá a embarcar para dirigirse a Puerto Quetrihué, en la península del mismo nombre donde se puede visitar el mundialmente famoso Bosque de Arrayanes. Se trata de una formación arbórea única en el mundo con ejemplares centenarios. Sus bellos ejemplares arbustivos de entre 150 y 250 años promedio, de gran altura en la zona (hasta 18 m) y que en otros lugares crecen en forma aislada, aquí se encuentran en denso bosque. La corteza de este árbol es fría, enteramente lisa y de color canela. Posee unas flores blancas similares al azahar y frutos violáceos de sabor agradable. El bosque de Arrayanes ha sido declarado área intangible a perpetuidad y Monumento Natural. Luego del paseo guiado se emprende el regreso a Puerto Pañuelo.
Partiendo desde Bariloche por la RN 258, comienza la excursión en dirección sur, bordeando los lagos Gutiérrez, Mascardi y Guillermo.
Después de atravesar la Pampa del Toro, el Cañadón de la Mosca y El Foyel, esta excursión de día entero, nos lleva a la localidad de El Bolsón.
La mayoría de sus edificaciones son de piedra, con techos de tejuela de ciprés. El lugar cuenta con buenos hoteles y camping, además de buenos servicios de ómnibus a Bariloche y Chile por el Paso Cardenal Samoré.
Es una encantadora población enclavada en el fértil Valle Nuevo rodeada por el cordón Nevado al oeste y el cerro Piltriquitrón al este de la villa, donde se puede esquiar en época invernal.
Más adelante, atravesando fincas y chacras cubiertas por cultivos de lúpulo, trigo, maíz, guindas, frambuesas, grosellas, cerezas y manzanas, se llega al lago Puelo para disfrutar de su singular tonalidad celeste-turquesa.
En el valle tienen especial significación los plantíos de lúpulo cuya industrialización es un recurso apreciable y da lugar a la Fiesta Provincial del Lúpulo, que se realiza anualmente en marzo, se añaden nogales, manzanos, cerezos y vides de uva corinto.
La ciudad se encuentra a 128 km. de Bariloche y a 20 km. de Lago Puelo.
Montañas y densos bosques de coihues acompañan el sinuoso camino de ripio que guía de un lago a otro a quienes se lanzan en esta aventura por los recovecos que la naturaleza ha trazado en cercanías a Villa La Angostura.
El Lago Espejo es el primero en aparecer ni bien traspasado el Nahuel Huapi, y su atractivo paisaje se completa con un vistazo previo a la cabecera norte del Lago Correntoso y el antiguo Hotel Ruca Malén que se alza en su margen. Continuando el trayecto se accede al Lago Escondido, una pequeña belleza neuquina que inmediatamente dará paso al ingreso hacia los valles de los lagos Villarino y Falkner.
Separados apenas por un angosto istmo, estos dos lagos sorprenden con su majestuosidad ganándose el calificativo de ser los más pintorescos del recorrido, además de contar con una magnífica cascada y con sitios acondicionados para el acampante. Una vez ingresados al Parque Nacional Lanín, se vislumbrará el Lago Hermoso, al cual no le cabe más calificativo que el de su propio nombre. El itinerario tendrá como siguiente parada el paisaje árido de Lago Machónico, y luego seguirá su rumbo hasta toparse con el Lago Lácar, ya en San Martín de los Andes.
El recorrido se inicia a 11 km de Villa La Angostura, por Av. Siete Lagos (RN 231) que empalma luego con RN 234, también llamada Camino de los Siete Lagos, rumbo a San Martín de los Andes, distante 110 km.
Realizando el mismo recorrido del Circuito Chico y continuando en dirección a Colonia Suiza. Se encuentra 1 km antes de llegar a la colonia, la huella que asciende a las proximidades del refugio López. Los amantes del deporte de montaña tienen un lugar de privilegio en esta zona. El cerro López es uno de los preferidos cuando de excursiones se trata. El camino de acceso en ciertas épocas del año no es transitable, por lo cual es recomendable consultar con algún experto antes de abordarlo. El camino es áspero, zigzagueante y de cornisa, entre bosques de coihues y lengas. Sólo recomendado para vehículos con tracción integral. Durante el trayecto se obtienen buenas vistas de Colonia Suiza y los lagos Nahuel Huapi y Moreno. Finalmente se arriba a una playa de estacionamiento. Aquí se abandona el vehículo para continuar a pie durante 2km hasta el Refugio López.
Saliendo de la ciudad por Av. de Los Pioneros, y desviándose hacia el acceso del camino al Cerro Otto, se recorren un total de 9 km hasta llegar al Complejo Invernal Piedras Blancas a 1200 m sobre el nivel del mar.
Situado en la ladera norte del Cerro Otto, Piedras Blancas es el primer centro de esquí de la región, fundado por el conocido andinista Otto Meiling.
Sus pistas permiten la práctica de deportes invernales, con seis hectáreas de pendiente para la práctica de esquí alpino y 15 km de pistas destinados para el aprendizaje y la práctica del esquí nórdico.
Con su altura, su anfiteatro natural, su acceso a la Cascada Los Alerces y su majestuosa vista panorámica, el Cerro Tronador aparece entre los principales destinos de la cartelera turística de San Carlos de Bariloche.
Situado a 90 km de la ciudad, el Cerro Tronador presenta sus tres magníficos picos: el Argentino, el Chileno y el Internacional, y ocho lenguas glaciarias constituyendo un espectáculo increíble que ningún visitante del sur argentino querría perderse. Escena que se completa con la llegada a un gran anfiteatro rocoso que responde a la denominación de Garganta del Diablo.
Otra interesante opción de la excursión hacia el Cerro Tronador consiste en la contemplación de la maravillosa Cascada Los Alerces, tras atravesar diversos lagos y bosques que graban en la retina y la memoria del espectador una magnífica gama de colores y formas.
Para acceder a este cerro y sus mágicos paisajes, se parte desde la ciudad de Bariloche por calle Onelli, que conduce a la Ruta Nacional Nº 258. Desde allí se hará necesario bordear y atravesar ríos y lagos, cruzar puentes e internarse en bosques, siempre dependiendo de la meta del circuito turístico, el cual varía según los espacios que el turista desea visitar.
Abarcando innumerables e inexpresables bellezas con su vista panorámica, el Mirador Atalaya, emplazado a unos 25 minutos de la ciudad de San Carlos de Bariloche, permite apreciar desde su balcón un paisaje llamativo que muestra la majestuosidad del lugar.
El turquesa profundo del Lago Nahuel Huapi y la Isla Victoria, sobre el fondo de la Península Quetrihué con su bosque de arrayanes; llamativos islotes; y el paisaje circundante del Cerro López, Capilla y Millaqueo; constituye apenas un intento de descripción de la inexplicable apariencia que el Mirador Atalaya pone ante los ojos de sus visitantes.
El Mirador Atalaya ofrece además la posibilidad de realizar un mini-trekking por el morro descubriendo la fauna y flora autóctona.
Extenso recorrido que conduce por los mágicos paisajes de los alrededores de San Carlos de Bariloche. A lo largo de unos 250 km, y ocupando todo un día, la
excursión Circuito Grande lleva, desde Rincón Chico, hacia una infinidad de puntos de gran atractivo, para regresar finalmente a Bariloche por Villa La Angostura.
Partiendo por la Ruta Nacional Nº 237, bordeando el río Limay, la primer parada contemplativa se hace esperar 35 km. Allí aparece, entonces, el Anfiteatro, y su magnífica apariencia da lugar rápidamente a la continuación del circuito que interpondrá al paso el Valle Encantado y sus extrañas figuras rocosas. Confluencia, Cuyín Manzano, serán los siguientes espacios en emerger ante la vista, hasta que, cruzando el viejo puente sobre el río Minero, se alcanzará el Mirador del Traful, el cual invita a deleitarse con una panorámica sin igual desde 70 m de altura. Reiniciando el camino, se llegará a Villa Traful, Puerto Arrayán y El Portezuelo. El trayecto exigirá aquí el empalme con la Ruta de los Siete Lagos (RN 234) y la continuación del viaje hacia Villa La Angostura donde los atractivos se disparan en una multiplicidad inabarcable. Finalmente se dará nuevamente con la Ruta Nacional Nº 237, y se emprenderá el regreso hacia Bariloche.
Típica postal del atractivo invernal de la ciudad de San Carlos de Bariloche, el Cerro Catedral permanece abierto y a disposición de los visitantes durante todo el año, recibiendo la mayor afluencia turística en época de esquí.
Cientos de hectáreas de laderas esquiables; kilómetros de pistas variables entre fáciles, intermedias y avanzadas; 40 medios de elevación; y las más apasionantes vistas panorámicas; el Cerro Catedral atrae permanentemente a amantes del esquí y el snowboard, así como a todo excursionista que llega hasta San Carlos de Bariloche en busca de emoción, naturaleza y adrenalina.
Conocer el cerro en toda su extensión a bordo de vehículos todo terreno, montados en motos de nieve, o caminando con raquetas en los pies, constituyen otras de las opciones que permiten asegurar el disfrute pleno en este espectacular espacio. Indescriptibles sensaciones, paisajes admirables, alternativas apasionantes, nadie puede pasar por San Carlos de Bariloche sin detenerse a visitar el Cerro Catedral.
Presentando una amplia cartelera turística para el disfrute veraniego, este cerro ha dejado en el pasado su especificidad invernal para convertirse en un destino permanente que aguarda a los aventureros decididos y desafiantes. Trekking hacia el filo de esta reconocida montaña; rappel, siempre hacia más abajo, descendiendo entre rocas; escalada en las laderas rocosas de La Hoyita; excursiones cuyo eje se haya en atravesar bosques y arroyos; y otras tantas alternativas igualmente atractivas, el Cerro Catedral utiliza sus privilegios casi de modo magnético, lo que lo convierte en uno de los puntos más visitados del sur argentino.
Se accede al Cerro Catedral, partiendo desde la ciudad de San Carlos de Bariloche por Avenida Exequiel Bustillo hasta alcanzar el Kilómetro 8. Allí girar a la izquierda y continuar el trayecto por ruta asfaltada hasta hallar la base del cerro.
Con la posibilidad de ascender mediante el moderno y acondicionado Teleférico ubicado en la base de la montaña; en vehículo manejando los propios tiempos; ó a pie descubriendo a cada paso la majestuosidad de la naturaleza; cualquiera de las alternativas de acceso a la cima del Cerro Otto es válida, ya que su atractivo reside más bien en la belleza y las opciones ofrecidas por su cumbre.
Una vez alcanzada la meta, el excursionista podrá disfrutar de la fascinante confitería giratoria -la cual exhibe réplicas de las tres obras más famosas del artista italiano Miguel Ángel: El David, La Piedad y El Moisés-, y de entretenidas actividades, entre las que destacan senderismo, mountain bike, escalada en roca, paseos en trineo, esquí, vuelos en parapente, trekking, siempre dependiendo de la época del año y el clima del momento.
Un lugar para disfrutar como más le guste, el Cerro Otto presenta una cartelera inagotable que se extiende desde el máximo relax de los paseos hasta la extrema adrenalina de la aventura.
Por el mismo acceso al Cerro, recorriendo 9 km, sobre la ladera norte, se llega al Complejo Invernal Piedras Blancas. Con 6 hectáreas de pendiente, especiales para la práctica de esquí alpino, y 15 km de pistas recomendadas para inexpertos, iniciantes y aficionados al esquí nórdico, este centro de deportes invernales fue el primero en establecerse en la región, fundado por el andinista Otto Mailing.
Se accede a ambos atractivos partiendo desde la ciudad por Avenida de Los Pioneros.
Ineludible excursión exploradora de las bellezas circundantes del reconocido y afamado Lago Nahuel Huapi, el Circuito Chico permite vislumbrar los más representativos paisajes cordilleranos partiendo desde el centro urbano, alejándose de la ciudad y retornando a ella hacia el final del recorrido.
Bordeando al místico Huapi, la Avenida Exequiel Bustillo encabeza el itinerario trazando un sinuoso camino que conducirá hacia la contemplación de la arquitectura urbana, algunas casas de pioneros, el Club Náutico y el Barrio Melipal. Cipreses, coihues, maitenes y ñires aparecerán rápidamente acompañando al tradicional lago, y sumergiendo poco a poco a los excursionistas en la magia de la naturaleza.
Playa Bonita, situada frente a la Isla Huemul, será la primera en aparecer ante la mirada atenta de los turistas; para luego dar lugar a la magnífica vista de Bahía Serena, un pequeño aunque encantador balneario. Recorridos ya 17 km se llegará a la base del Cerro Campanario y podrá disfrutarse de un desafiante ascenso en aerosilla hacia su cumbre.
Península San Pedro y Península de Llao Llao; capilla San Eduardo, Puerto Pañuelo, Hotel Llao Llao; parques nacionales y lagos Perito Moreno y Nahuel Huapi; Parque Municipal Llao Llao, Villa Tacul y Lago Escondido; constituyen otros puntos de importancia turística en el Circuito Chico, que encontrará su momento de regreso hacia la ciudad en la laguna El Trébol.
Instaurado tradicionalmente como primer recorrido por la ciudad de Bariloche, el Centro Cívico constituye uno de los sitios más típicos y representativos de esta localidad turística por excelencia.
Enmarcando con sus azules y translúcidas aguas a la ciudad de San Carlos de Bariloche, y dividiendo en su área específica a las provincias de Río Negro y Neuquén, el Lago Nahuel Huapi constituye uno de los principales atractivos de esta localidad, así como de todas las localidades que toca con sus magníficas aguas.
De origen glaciar, y presentando una superficie de 560 km2, los brazos de este encantador lago penetran en los bosques del Parque Nacional de igual nombre convirtiéndolo en escenario ideal para el desarrollo de excursiones lacustres, siendo las más conocidas las que tienen como destino final la Isla Victoria, el Bosque de Arrayanes y el Puerto Blest.
Sumergirse en el Lago Nahuel Huapi disfrutando del buceo en sus apasionantes paisajes subacuáticos; maravillarse en excursiones de pesca y turismo contemplativo en velero; practicar canotaje y kayak deleitándose con las emociones y los panoramas que el lago provea.
