Es una de las ciudades más antiguas de nuestro país, lo que le da un encanto particular.
La rústica Sierra de Velasco rodea en un eterno abrazo a la capital de la provincia de La Rioja, la cual brota en el centro mismo del territorio. Paisajística, cultural y serenamente turística, la principal ciudad riojana ofrece una amplia gama de alternativas que, sumada a su clima seco, permite disfrutar durante todo el año de este magnífico destino argentino.
En una permanente conjunción de elementos urbanísticos originarios y arquitectura moderna, La Rioja hace visible sus dos caras: la cultural, empeñada en conservar sus herencias y tradiciones; y la turística, dedicada especialmente al desarrollo de servicios y comodidades para el visitante. Valles, montañas, ríos y quebradas presentan además su contraste natural, atrayendo admiradores de diversas procedencias, y mostrando a la ciudad como múltiple y única a la vez.
Son tradicionales la Fiesta Nacional de la Chaya y la de San Nicolás y el Niño Alcalde, esta última es una emotiva ceremonia religiosa popular, cuyos orígenes se remontan al año 1593. En sus proximidades hay otras alternativas de solaz: El Parque Llacampis, ideal para acampar, Las Padercitas, Monumento Histórico Nacional y lugar de peregrinación, el Dique Los Sauces y el cerro de la Cruz, lugares de magníficos panoramas.