En esta geofroma se pueden distinguir las areniscas pardas y los negros niveles de carbón que revelan cómo era el parque Ischigualasto en el Triásico Medio, en los tiempos que se formaba la unidad llamada Formación Los Rastros. Los niveles de sedimentos muy finos, grises y negros hablan de la existencia de un lago. A este lago llegaban los ríos que se relejan en los mantos de areniscas pardas que coronan esta geoforma. Las hojitas negras que están en el seno de los niveles más oscuros cuentan que a orillas de este lago crecían muchas plantas, las que año tras año aportaban hojas que eran transportadas por los ríos o el viento hasta el seno mismo del lago. Allí seguramente servían de alimento a los pequeños invertebrados y peces que lo habitaban por entonces.
Desde este balcón se puede observar la magnificencia de la segunda formación geológica, la Formación Ischigualasto, la cual alberga entre sus rocas la mayor riqueza fosilífera del Parque. Lomadas redondeadas estériles de plantas, formadas por la erosión del agua en rocas arcillosas y arenosas de colores variados, son las que inspiraron a Rogelio Díaz Costa, uno de los primeros periodistas que se dejó conquistar por Ischigualasto, a bautizar el Parque en la década del 60 como el “Valle de la Luna”. Pero las que hoy son lomadas, no siempre lo fueron, durante el Triásico Superior los grandes ríos que en ese entonces conquistaban el valle, depositaban los sedimentos varicolores y enterraban en su seno a los animales y plantas que vivían a su alrededor bajo unas condiciones climáticas similares a los monsones actuales, dándoles la oportunidad de eternizarse fosilizándose entre sus rocas, al quedar tapados por sedimentos en inundaciones.
Desde esta maravilla geológica se hace una caminata de 300 m a través de la cual se ve La Esfinge, hasta finalmente alcanzar la cancha conformada por una extensa planicie, en la que se destacan esferas de areniscas que la erosión va dejando al descubierto, asemejando bochas de piedra.
Esta es una de las formas más características y difundidas de Ischigualasto. Se encuentra emplazada en la parte más alta del Parque y mediante una corta caminata se puede disfrutar de esta geoforma desde diferentes perspectivas, además de tener la oportunidad de una visión espectacular de todo “La Hoyada”. De aquí se observará, desde las castañas rocas de la Formación Los Rastros hasta las “Barrancas Coloradas”, intercalándose una interminable sucesión lomadas grises de la fosilífera Formación Ischigualasto.
Esta geoforma también ubicada dentro de la Formación Ischigualasto, presenta esta llamativa forma como resultado de la erosión diferencial del agua entre su base, formada por arcillas fácilmente friables y su techo areniscoso, mucho más resistente.