Residencial y distinguido, Belgrano evoca la figura del general Manuel Belgrano (1770-1820), admirado prócer, militar y político argentino que participó en la Primera Junta de Gobierno de 1810, creó la Bandera Nacional en 1812, y dirigió el Ejército del Norte en 1816, donde obtuvo importantes victorias en las provincias de Tucumán y Salta.
Los terrenos del actual barrio eran conocidos como La Calera, pues allí existía un establecimiento dedicado a la extracción de cal, material con el que se construyeron las primeras iglesias de la ciudad.
Sin embargo, los inicios de la ciudad se remontan a una pulpería llamada La Blanqueada, de principios del siglo XIX. Alrededor de ella surgió un caserío que se organizó en torno a una plaza central, la iglesia, el municipio, la escuela, y las casas de los principales vecinos.
En el año 1855 ya era un poblado, y en 1880 lo funda Valentín Alsina, quien se estableció en las elegantes calles Echeverría y 11 de Septiembre. Durante la presidencia de Avellaneda fue Capital de la Nación por cinco meses, y en 1883 es declarada ciudad.
En la actualidad, Belgrano se ha convertido en uno de los barrios más importantes de Buenos Aires. Goza de vida propia.
El elegante barrio se divide en tres zonas: "Bajo Belgrano", "Belgrano Central" y "Belgrano R".
Bajo Belgrano es la zona más cercana al río y al hipódromo. Llega desde la estación Belgrano C, del Ferrocarril Mitre, hasta la Av. Figueroa Alcorta. En este sector, evocado en algunas letras de tangos, pulularon encuentros orilleros, y en un arrabal de calles adoquinadas se establecieron los hoy desaparecidos studs de caballos de carreras que corrían en el cercano Hipódromo de Palermo.
Belgrano Central tiene la ruidosa y activa Av. Cabildo, y en el denominado corazón del barrio se encuentra la Av. Juramento, en cuyas cuadras conviven el arte, la historia y la fe del barrio.
Belgrano R es una zona residencial muy selecta, con grandes residencias construidas con estilo anglosajón, rodeadas por frondosos árboles y jardines, que dan al lugar un estilo muy señorial; en él perduran aún los tradicionales petit-hoteles.
Esta parte del barrio recibió una fuerte influencia de extranjeros, británicos y alemanes, que apreciaban las características pintorescas de la zona.
Todo esto convierte a Belgrano en un barrio cargado de cultura, tradición e historia, con tradicionales mansiones y muchas casonas convertidas en consulados y embajadas.
sas y arboladas aglutinan comercios, restaurantes, reliquias arquitectónicas, museos, bibliotecas y grandes espacios verdes.
Múltiples líneas de transportes la vinculan con el resto de la ciudad, así como dos vías del ferrocarril Mitre con terminal en Retiro, y la línea "D" de subterráneos, sobre la Av. Cabildo.