Importante reservorio natural y cultural, el Parque Nacional Campo de Los Alisos se alza al sudoeste de Tucumán, en el Departamento de Chicligasta, a poco más de 100 Km de la capital provincial. Creado a mediados de la década del `90 para proteger un sector representativo de la selva y el bosque montanos, así como un fragmento de bioma altoandino, resguarda en su territorio numerosas especies en riesgo de desaparición.
Este Parque Nacional se ubica sobre la ladera oriental de los Cerros Nevados del Aconquija, cuyas cumbres limitan con la provincia de Catamarca, entre los ríos Las Pavas -al norte- y Jaya -al sur-, conformándose por una vegetación propia de las yungas que ostenta ejemplares de tipa, cebil colorado y lapacho.
En su selva montana predominan mayoritariamente el laurel y el nogal, seguidos por el horco molle, el tala de selva, el tabaquillo y el cochucho. A partir de los 1.000 m de altura, la caña brava forma parte del denso sotobosque; mientras que el bosque montano aparece a partir de los 1.500 m de altura con pino del cerro, aliso del cerro, nogal, sauco y amancay.
En el estrato herbáceo es muy común el helecho doradilla macho, y en algunas abras del bosque de aliso, el junco. También se encuentran arbustales de salvia blanca, y bosquecitos de queñoa esparciéndose en las alturas del parque como manchones aislados sobre el pastizal o pradera montana.
Habitan esta atractiva área protegida aves como la quiula puneña, en peligro de extinción, y la monterita serrana, endémica de las Sierras del Aconquija. Entre los roedores se encuentran el pericote grande, la rata andina y una especie de oculto o tuco- tuco. También son mamíferos comunes en el área el guanaco y el puma, la taruca, el ocelote, el gato montés y el osito lavador.
Pero lo anterior no explica en forma acabada la belleza misteriosa de este espacio porque, además de todo aquello, es en el Parque Nacional Campo de Los Alisos donde se descubren dos sitios arqueológicos de relevante importancia para el estudio y conocimiento de las costumbres y modo de vida de la cultura incaica: las Ruinas de Ciudadita y los Santuarios de Altura.
Principal monumento histórico del país, la Casa Histórica de la Independencia es un ejemplo de vivienda del período virreinal. Allí, podría decirse, nació la Patria el 9 de julio de 1816, día en que se declaró la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
En el frente del edificio destaca su portada con las célebres semicolumnas en espiral, en tanto que en el patio interior pueden apreciarse bajos relieves alusivos a las jornadas de aquel día histórico, obra de la artista tucumana Lola Mora.
Un rico patrimonio de mobiliario, platería y porcelanas integra la exposición de este museo nacional donde además pueden disfrutarse espectáculos representativos.
Médula cívica y social de los tucumanos, la Plaza Independencia constituye un punto trascendente de la ciudad, liderando el atractivo paseo histórico con su carga simbólica de memoria y patrimonio arquitectónico.
Desde tiempos remotos fue escenario de los hechos sociales más relevantes de Tucumán: en los orígenes del período colonial cumplió la función de Plaza de Armas, y en la segunda mitad del Siglo XIX se transformó en Plaza Paseo.
Frondosos árboles centenarios visten de verde y frescura su espacio, dejando en el centro erigirse orgullosa a la estatua de “La Libertad”, monumento de mármol realizado en 1904 por la reconocida escultora Lola Mora.
Inaugurada en 1856 por Fray Mamerto Esquiú, la magnífica Catedral de Tucumán presenta una fachada de estilo neoclásico inspirador de numerosas iglesias del país.
En una de sus salientes y altas bóvedas se aprecia el reloj que exhibiera en su momento el histórico Cabildo; mientras que en su interior se erige la Cruz de la 1ª Fundación de San Miguel y descansan los restos de destacados próceres argentinos.
Declarada Monumento Histórico Nacional en 1941, constituye un atractivo ineludible de la ciudad, encabezando el itinerario por las fascinantes iglesias tucumanas, entre las que destacan la Iglesia San Francisco, la Iglesia La Merced, y la Iglesia Santo Domingo.
Una hermosa vista y colorida vegetación describen el atractivo del Parque 9 de Julio, un espacio natural acondicionado para el acampante con fogones, sanitarios, luz eléctrica. Adjunto a este se extiende un circuito aeróbico, también conocido como circuito de salud.
Tucumán, Ciudad Histórica de los Argentinos, colecciona retazos del pasado en numerosos reservorios de cultura que permiten armar la secuencia de sucedidos.
Funciona en la casa donde pasó parte de su infancia el Dr. que le da nombre. Del edificio se destacan sus techos coloniales cubiertos por tejas españolas. Cuenta con varias salas permanentes y temporarias donde se exhiben materiales de gran valor histórico, obras de arte, iconografía, libros y documentos.
Ambas se alcanzan a pocos kilómetros de San Miguel de Tucumán por Ruta Nº 305. En ellas se puede contemplar y participar de las actividades propias de una granja. Poseen predios dónde acampar con comodidad.