Destino de una excursión orientada a los jóvenes y a los amantes del trekking, los Cerros Monje y Negro aparecen como punto final de un apasionante recorrido que además hace de mirador hacia fascinantes paisajes.

El trayecto inicia en cercanías a la oficina de Turismo llevando al caminante a internarse en la frondosa sombra de un sinfín de árboles. Luego de un par de horas, el bosque alto quedará atrás y se comenzará a transitar entre ñires arrastrados descubriendo las primeras estribaciones del cerro Negro. El suelo se hará más desértico, y a partir de allí, comenzará la última etapa de ascenso, que finaliza en las torres del cerro.

Se alcanzará así un espléndido lugar desde el cual observar importantes formaciones montañosas de la región: Volcán Lanín y Cerro Tronador.

Irrumpiendo en el sereno territorio de Villa Traful, majestuosas caídas de agua engalanan el paisaje cautivando los sentidos de quienes las contemplan y disfrutan. A continuación, algunas de las imperdibles cascadas de la zona.

Cascada del Arroyo Coa Có: tras unos 500 m de caminata aparece el magnífico salto de 30mts. cayendo entre el manto de roca basáltica. Un mirador con todas las comodidades permite visualizar parte de la silueta del lago, sus bahías y montañas.

Cascadas del Arroyo Blanco: un túnel natural formado por la exuberante vegetación, y ascensos y descensos interbosque sirven de acceso al mirador de esta pequeña, aunque muy atractiva, cascada.

Cascada Co Lemu: también llamada del Arroyo Cataratas, prefigura un salto de agua de 25 m de altura, rodeado por una gran variedad de flores y privilegiado por un perfecto microclima. Se accede tras un intenso recorrido por un bosque de coihues, dificultado por la pendiente del último trecho.

Bosque natural de cipreses que en épocas pasadas se derrumbó en las faldas del cerro Bayo asentándose en el lecho del lago, este espacio de Villa Traful constituye un irresistible atractivo para los amantes de la naturaleza y los misterios.

Actualmente, las profundidades se ven ornamentadas por árboles de más de 2 m de altura, cuyas imponentes estructuras sólo asoman las puntas en el espejo de agua.

Es el lugar elegido por numerosos grupos de buceo que deciden descender y experimentar un paseo subacuático por el bosque.

Se trata de las lagunas Azul y Verde, escenarios de una encantadora excursión a través de la cual se consigue una mezcla más que perfecta de naturaleza, belleza, pasado y serenidad.

Dicha expedición consiste en cruzar el Lago Traful hasta la Península Grande. Desde allí, en sentido noroeste, parte una senda ascendente que conduce hacia lo alto entre un bosque de cipreses. Más adelante, una increíble vista panorámica permitirá abarcar al oeste el Lago Traful, y al noroeste la Laguna Azul y la Laguna Verde, es decir, las lagunas mellizas.

Continuando por el Arroyo Verde, se llega a un alero rocoso sobre el cual se encuentra una importante concentración de pinturas rupestres, expresión del arte tehuelche cuya antigüedad remitiría hacia unos 600 años atrás.

Es de destacar que este atractivo se halla dentro de un área protegida, por lo que es necesario registrarse en las oficinas de parques nacionales antes de emprender la salida.

Símbolo de la belleza local, paseo obligado durante la visita a la villa, el Mirador del Traful es un acantilado rocoso de origen glaciar, cuya altura de 100mts. cae a pique sobre las rutas del lago.

Dispone de dos altivos balcones con barandas de protección que permiten observar con tranquilidad la infinita belleza que se adueña de los ojos en el paisaje circundante.

Caracterizado por la variedad de sus paisajes, su majestuosidad y trascendencia, el Parque Nacional Nahuel Huapi, yace en la intersección de las provincias de Neuquén y Río Negro, en proximidad a la ciudad de San Carlos de Bariloche, y abarcando una extensión de 750 mil hectáreas. Protegiendo, desde su creación en 1934, un área representativa de la región andina del norte de la Patagonia, limita al oeste con la República de Chile, al norte con el Parque Nacional Lanín, e incluye dentro de su territorio al específico Parque Nacional Los Arrayanes.

En el Parque Nacional Nahuel Huapi existen predominantemente bosques mixtos de lengas, ñires y coihues. Sin embargo, hay lugares donde los bosques son de otros tipos. Así pueden encontrarse dentro este espacio protegido ecosistemas como el bosque puro de arrayanes, la selva valdiviana en la zona de Puerto Blest, ó los Parques Nacionales Lago Puelo y Los Alerces en el extremo norte de la provincia de Chubut. Bosques en los que reinan ejemplares de coihue, alerce, mañiú y ciprés de las guaitecas, encontrándose además una gran cantidad de formas vegetales, con un sotobosque poblado por enredaderas, hongos, musgos y líquenes.

De origen glaciar, y presentando una superficie de 560 km2, los brazos del encantador Lago Nahuel Huapi penetran en los bosques del Parque Nacional de igual nombre convirtiéndolo en escenario ideal para el desarrollo de excursiones lacustres, siendo las más conocidas las que tienen como destino final la Isla Victoria, el Bosque de Arrayanes y el Puerto Blest. Al igual que él, otras maravillas acuosas de menor extensión se internan entre los espacios espesamente arbolados del área protegida, destacándose entre ellos el Traful, el Espejo y el Villarino en la zona norte; el Gutierrez, el Mascardi, el Guillelmo y el Steffen en la zona sur.

En cuanto a la fauna, no hay en el Parque Nacional Nahuel Huapi demasiados representantes del reino animal. Algunas especies autóctonas de mamíferos, como pumas, pudúes, monitos de monte, zorros, roedores, huemules y huillines -éstas dos últimas en grave peligro de extinción-; y otras introducidas o exóticas, como ciervos colorados, jabalíes, conejos y liebres europeo, y visones norteamericanos, integran su variedad faunística, la que también se conforma por palomas araucanas, carpinteros, churrines grandes y cóndores.