Este yacimiento arqueológico, de 250 km2, se remonta a la época del Imperio Incaico que aún refleja el poderío que alguna vez tuvo esta fortaleza inka construida hace 500 años atrás.

Se accede al mismo desde el empalme con la ruta provincial Nº 62, al sur del Campo de Pucará, en el departamento Andalgalá. Tras recorrer unos 17 kilómetros llegamos a las ruinas que se asientan a unos 300 metros de altura en un cerro estratégicamente ubicado y rodeadas por grandes murallas que encierran una rica arquitectura incaica, en la que podemos apreciar la majo de obra local “mita” que por medio de la técnica de Chunta, colaboraron en la construcción de la fortaleza Inka más imponente al sur del Cuzco.

Se pueden apreciar paredes de gran altura que llegan a sobrepasar los 6 m, con una finísima cantería típica de la construcción Inka. Cuenta también con una gran plaza o espacio abierto que une dos principales sectores llamados Hanan y Urin, planificación espacial arquitectónica que divide espacios sagrados, integrados a través del Uhusno o Plataforma ceremonial.

El Pucará de Aconquija, es conocido y visitado desde la época de los grandes viajeros del museo de la Plata, conocidos como la Generación del 80, quienes deslumbrados por su imponencia la describieron como la fortaleza Incaica más grande y espectacular de la Argentina.

Este lugar forma una vasta propiedad agrícola-ganadera que se extiende hasta los Nevados del Aconquija. Allí se realizan diversas actividades entre las que se destacan su establecimiento aceitero con una capacidad para 110 toneladas de aceite puro de oliva, además de brindar un excelente alojamiento y actividades de recreación.

Se encuentra ubicado al norte del desértico salar de Pipanaco y al sur de la selva subtropical. El área es un oasis irrigado, surcado por varios ríos y cultivos de olivos, frutas, algodón, papa y aromáticas especias como el comino y el anís.

Se encuentra en la localidad de capillitas, a 66 km de Andalgalá. Este es el único yacimiento en el mundo de rodocrocita, piedra semipreciosa de color rojo intenso y rosado oscuro. Artesanos locales trabajan esta piedra en pequeñas piezas de escultura y orfebrería creando piezas únicas y muy demandadas de por los turistas.