Incluye dos Complejos Termales:
En esta zona la naturaleza es muy pródiga ya que se sitúa a orillas del río Gualeguaychú, donde encontramos una adecuada infraestructura de servicios.
Cuenta con 100 hectáreas arboladas y caminos interiores. Para llegar a él hay que cruzar el ex puente La Balza, hoy Puente Mendez Casariego.
La ruta provincial Nº 42 divide la parque en dos secciones. El sector derecho presenta mayor cantidad de servicios: clubes náuticos, juegos infantiles, zona de recreación.
El izquierdo es más silvestre, de vegetación más autóctona, en él se encuentra el Club Hípico, el Velódromo, el Club Carpinchos, los campamentos La Delfina y el Centro Recreativo S.E.C.
Resulta además un lugar ideal para realizar picnic, caminatas, aerobismo, etc.
También posee una laguna ubicada en la sección izquierda del parque, la misma, alcanza una extensión de tres hectáreas donde es posible observar especies de la zona dentro de un marco ecológico singular.
Complejo cultural integrado por Museo, Pinacoteca, Hemeroteca, Monetario, Medallero, Biblioteca.
Destacado ya por ser una prestigiosa institución fundada particularmente por mujeres, el edificio resguarda en su interior la primera biblioteca que existiera en el país, valiosas colecciones bibliográficas y museológicas, y copiosos archivos de hemeroteca. Una magnífica muestra de pinturas, monetario, medallero y galería de arte completan la riqueza histórica y cultural de este instituto convirtiéndolo en un espacio célebre.
Fue fundado en 1889 y actualmente es considerado un magnífico y completo museo.
Espacio dedicado a las presentaciones teatrales, las proyecciones cinematográficas, y las actividades culturales en su más amplio espectro.
Estampa visible del pasado de Gualeguaychú, Solar de los Aedo se llama a la construcción más antigua de la ciudad, hecha de adobe y ladrillo allá por el 1800. Se trata de un edificio exponente del estilo colonial primitivo: paredes simples y anchas, aspecto chorizado, ángulos rectos, ventanas hundidas con rejas de hierro y persianas de madera. En tanto las gárgolas ubicadas sobre las ventanas agregan un detalle interesante a la simpleza de las líneas arquitectónicas.
El edificio, declarado Monumento Histórico Municipal, es actualmente parte componente del Museo de la Ciudad, basando su atractivo tanto en el valor de su estructura edilicia como en las piezas que alberga en su interior, todas pertenecientes a la familia propietaria: los Aedo -Haedo ó Ahedo-. Una imagen de la Virgen del Carmen traída a la casa en 1834; una interesante Biblioteca; una colección de la revista Caras y Caretas; documentos; armas de caza; mobiliario; porcelanas; artículos de cristal; colección históricas de fotografías del Carnaval, destacan en su exposición.
Museo de la Ciudad, inaugurado oficialmente el 20 de diciembre de 1986, ocupa la señoral casona que, erigida en 1835, albergaría durante 150 años a descendientes de Don Francisco Lapalma, cuyas iniciales pueden leerse sobre las rejas del balcón que recorre toda la fachada. Una casa y una familia unidas a un perdurable destino de leyenda, de soledad, locura y muerte; que atrae por intriga a todo visitante de Gualeguaychú, y lo suelta nuevamente a la ciudad conocedor de parte de la historia gualeguaychense.
Objetos pertenecientes a personajes locales; enseres hallados en los terrenos de la azotea; vestuarios de época; documentos históricos; archivo de Libros del Concejo Deliberante desde 1870 hasta la actualidad; componen la muestra que rota por períodos exhibiendo diversas piezas donadas al museo por los mismos habitantes.
Conforman la casona una planta baja, un primer piso y una misteriosa azotea, esta última, inspiradora de una magnífica leyenda urbana según la cual suele divisarse allí la silueta de Isabel Frutos: la mujer que murió de amor.
En el patio de entrada, una inmensa magnolia abraza la casa con su sombra.
La Azotea de Lapalma es además escenario de relatos históricos y obras de teatro, en el marco del particular evento “El museo no duerme”.
Adquirida por el poeta en el año 1862, y vendida por éste diez años después.
En sus orígenes ocupó un cuarto de manzana donde existieron quintas y otras dependencias.
Sala de exposiciones y conferencias, Anfiteatro, Centro Cultural al interior de una casa construida en 1914 para residencia de la familia Deken- Irazusta, que fuera cedida al Municipio por parte de la Provincia en 1988.
El Museo encontró su espacio ideal dentro de unos galpones existentes en el predio de la Sociedad Rural de Gualeguaychú, construidos aproximadamente en 1940. Su rasgo más interesante lo constituye la inusual estructura de pórticos de madera. Estos pórticos se suceden generando espacios modulados a lo largo de una gran circulación central, que fueron aprovechados para crear espacios adecuados a la muestra diseñada.
El visitante tendrá la posibilidad de conocer maquinarias y herramientas de principio de siglo XX, vinculadas con la agricultura de la región. Además, el lugar ofrece paseos al aire libre, parrilla y comedor ambientado a la época.