A unos 200 m del casco urbano, sobre la misma quebrada que vió nacer y crecer al poeta Juan Crisóstomo Lafinur (1797-1824), se halla el Museo de La Poesía, en honor a nuestro poeta y teniente de la Campaña Libertadora. Aquí encontrará en exhibición fragmentos originales de poesía de él y de otros poetas, como por ejemplo J.L.Borges. En este rincón de cultura en el medio de los cerros carolinenses, podrá también disfrutar de un servicio de café y snack de alto nivel (abierto todo el año) mientras se deja impregnar por una única conjunción de geografía y poesía que perdurará el momento.
La Carolina se viste de fiestas para sus dos fiestas durante el año. La más importante para el turismo es sin duda La Fiesta del Oro, el primer fin de semana del año. La más importante desde lo religioso es la fiesta de la patrona del pueblo, el 16 de julio para la Virgen del Carmen. En ambas fiestas es una delicia visitar el pueblo y encontrarse con lo más íntimo de La Carolina.
Durante todo el año se pueden realizar excursiones guiadas a las minas de oro que se hallan en las proximidades del casco del pueblo. Luego de una caminata de 10 minutos se llega a la mina de oro, y allí se entra por el túnel hasta el fondo (unos 400 m) y se pueden contemplar todos los rasgos y características de estas minas que tuvieron su apogeo hace 200 años.
Esta gruta, con 8000 años de antiguedad, es una de las más antiguas de la región y contiene importantes huellas de la historia de los pueblos precolombinos. La entrada es gratuita, y se puede disfrutar de un atardecer sobre el campo en la expo-confitería que se halla a unos 100 m de la gruta.
Son dos imponentes cerros picudos característicos de la geografía del lugar. En ambos se puede hacer cima, aunque sólo en el Tomolasta con auto, y observar el largo horizonte del Valle del Pancanta.
En el cerro Tomolasta se puede practicar rappel, parapente, trekking.