Se le denomina así porque en ella destaca el Colegio Nacional de Buenos Aires, creado en 1863 por Bartolomé Mitre, y donde se formaron muchos de los intelectuales que han participado en la vida cultural y política del país. El colegio, de nivel secundario, depende de la Universidad de Buenos Aires desde 1919, y goza de un gran prestigio. En 1925 el científico alemán Albert Einstein dictó una clase en su aula magna. El área de la "Manzana de las luces" se entregó a los jesuitas en 1616. Ellos propagaban la cultura y educación, y en el año 1723 terminaron de construir la iglesia de San Ignacio, de estilo barroco alemán, que había iniciado en 1710 el hermano Juan Kraus. Esta histórica iglesia actualmente está ubicada en la esquina de Bolívar y Alsina.
Cuando la orden religiosa fue expulsada en 1767 por el rey de España, la manzana y sus alrededores continuaron con el desarrollo intelectual de la ciudad, y en ella se estableció la primera imprenta de Buenos Aires, el Archivo General, la Biblioteca Pública, la Universidad, la Facultad de Derecho, de Arquitectura y la Facultad de Ciencias e Ingeniería, además del Museo de Historia Natural, entre otras instituciones y establecimientos educacionales. Dicha manzana, declarada Monumento Histórico Nacional, está circundada por las calles Alsina, Bolívar, Moreno y Perú. Además de los edificios relacionados con la historia y cultura del país, se puede visitar con un guía, antiguos túneles coloniales que se construyeron para la defensa en el siglo XVIII, y que comunicaban el Fuerte con el Cabildo y las principales iglesias construidas.
Es una plaza arbolada situada entre la Av. de Mayo, la Av. Rivadavia y la calle Luis Sáenz Peña, en donde se ubica la estatua de José Manuel Estrada (1842-1894), escritor y político argentino que se opuso al laicismo en la enseñanza. En el siglo XVIII esta plaza, contigua a la iglesia de la Piedad, era utilizada como parada de carretas y como mercado, y el terreno había pertenecido a Isidro Lorea, quien perdió la vida en 1807 durante la segunda invasión inglesa.
En esta atractiva plaza se ubica el Monumento a Mariano Moreno (1779-1811), patriota argentino que formó parte de la Primera Junta de Gobierno en 1810, actuando como secretario. La obra, en bronce, pertenece al escultor español Miguel Blay y Fábregas, realizada a comienzos del siglo XX. El cóndor abriendo sus alas, que se encuentra detrás del prócer, simboliza el adelantado pensamiento que poseía el porteño Moreno. A pocos metros de esta famosa estatua comienza el kilómetro cero para el trazado de las rutas y caminos del país, representado por un modesto Monolito, cuyo autor fue el gran artista argentino José Fioravanti, y que indica el punto donde se miden las distancias de las rutas nacionales que parten desde la ciudad de Buenos Aires.
Frente al Palacio Legislativo se encuentra, desde 1910, la Plaza del Congreso. Inaugurada en el centenario de la Revolución de Mayo, y custodiada por la Av. Rivadavia y Av. Hipólito Irigoyen, dicha plaza es una de las más amplias de la ciudad, con un espacio de tres manzanas. En ella se puede apreciar la fuente Monumento a los Dos Congresos, que alude a la Asamblea Constituyente de Buenos Aires de 1813, en donde se dictaron medidas económicas y sociales de trascendental importancia para la nación, y al Congreso de Tucumán de 1816, donde se declaró la independencia nacional.
Inaugurado durante la presidencia de Figueroa Alcorta, que abarcó el periodo de 1905 a 1910, este majestuoso edificio posee una superficie de nueve mil metros cuadrados. En su exterior destacan la gran cúpula que corona el edificio, las esculturas que simbolizan los poderes del Estado, y la cuadriga que representa a la República. En el interior, el Salón Azul es de forma octogonal y está cubierto por la cúpula que alcanza los 65 metros de altura. En este señorial salón hay una araña fabricada en cristal de Baccarat y bronce, que representa a las provincias de la República. Además, el edificio posee una biblioteca revestida con elaborados paneles y tallas de nogal italiano, que se fundó en 1959 y que cuenta aproximadamente con dos millones de volúmenes, convirtiéndola en una de las más importantes del país. En el edificio sesionan la Cámara de senadores y la Cámara de diputados, representantes del poder legislativo. La entrada principal del edificio se encuentra en Av. Hipólito Irigoyen 1849. El edificio ha sido declarado Monumento Histórico Nacional.
La iglesia de la Piedad se inauguró en 1895. El Pasaje de la Piedad se extiende en forma de U frente a la iglesia del mismo nombre, y fue abierto como una calle privada en el interior de una manzana a fines del 1900. Abarca aproximadamente tres cuadras. La iglesia se encuentra en la intersección de la calle Paraná y Av. Rivadavia. El pasaje en la calle Bartolomé Mitre 1525 y 1573, donde aún se conservan antiguas casonas señoriales de estilo arquitectónico francés e italiano.
Representa uno de los conjuntos urbanísticos y arquitectónicos más logrados de la ciudad. Inaugurada en 1894, sus edificaciones dan testimonio de la arquitectura de la ciudad de Buenos Aires, en la última década del siglo XIX y las tres primeras del XX. Mediante una recta vial o eje lineal de alrededor de diez cuadras, la histórica y vistosa Av. de Mayo une la Casa de Gobierno (Casa Rosada) y la Plaza de Mayo, con el Congreso Nacional (Palacio Legislativo) y la Plaza del Congreso. En su zona media se intercepta con la majestuosa Av. 9 de Julio, donde destaca la Fuente Monumental Decorativa, adquirida en Francia en 1850, y el Monumento a Don Quijote de la Mancha, que conmemora los cuatrocientos años de la segunda fundación de la ciudad.
Es uno de los cafés más importantes y más antiguos de Buenos Aires. Abrió sus puertas en 1858 e impuso la moda de colocar mesas y sillas sobre la vereda. Conserva una notable decoración art noveau. Su piano Steinway entonó por primera vez en estas latitudes la música de Eric Satie. El histórico y tradicional café tiene su entrada principal en Av. de Mayo 829. En el primer piso de este edificio se halla la sede de la Academia Nacional de Tango. En la actualidad, ha sido declarado Sitio de Interés Cultural. Su sótano está abierto a la cultura, al intercambio de opiniones, a la lectura, y al aroma intenso del café. Semanalmente se efectúan shows de tango y jazz.
En el interior del Convento, en la nave lateral izquierda, dentro del Camarín de la Virgen, se conservan las banderas que tomó Santiago de Liniers ante la rendición del ejército inglés en 1807, y otras insignias procedentes de batallas triunfales de Manuel Belgrano en la lucha por la independencia de la corona española. En la edificación se destacan dos columnas: la de la izquierda, construida antes de 1807, posee varios impactos de bala de cañones producto de la lucha de las invasiones inglesas al Río de la Plata; la columna de la derecha fue reconstruida en 1856. En este Convento se encuentra el Mausoleo del General Manuel Belgrano, prócer de la independencia que comandó al Ejército del Norte y que fue el creador de la bandera como símbolo patrio. El órgano de este convento es uno de los más importantes de la ciudad y se le ha utilizado en diversos conciertos.
En esta antigua casa, ubicada en Defensa 350 y 360, nació y vivió Bernardino Rivadavia (1780-1845), quien sería en 1826 primer presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. La casa de estilo colonial conserva elementos provenientes del siglo XVIII, pese a ciertas modificaciones efectuadas posteriormente.
El viajero interesado en conocer cómo se desarrollaba la vida cotidiana en el Buenos Aires colonial tiene una interesante alternativa en este museo. En la planta baja se encuentra la Farmacia La Estrella, que destaca porque mantiene su estilo original del año 1900, sobre todo sus estanterías talladas en madera de nogal y su cielo raso, que muestra pinturas que aluden a la salud, la farmacopea y la enfermedad.
Fundada Buenos Aires por segunda vez en el año 1580, Plaza de Mayo se constituyó en el corazón de la ciudad. Es el núcleo original del casco histórico, donde se trazó la cuadrícula de la ciudad, y es un una fiel testigo de las principales gestas nacionales. En sus inicios sólo fue la Plaza Mayor, pero luego se uniría a la Plaza de Armas y se rodearía con el tiempo por la Iglesia Mayor, el Cabildo y el Fuerte, entre otras edificaciones que fueron modificadas, reemplazadas y construidas en el transcurso de los años.
En 1803 se construyó una galería denominada Recova Vieja, que atravesaba la plaza dividiéndola en dos partes. Una se denominó Plaza de la Victoria, y la otra parte mantuvo el nombre de Plaza de Armas, aunque también recibía el nombre de Plaza del Fuerte. Después de 1810, recibió el nombre de Plaza 25 de Mayo.
En 1884 se demolió la conocida Recova Vieja para unir la Casa de Gobierno con el Palacio del Congreso Nacional. Se efectuaron obras viales y de parquización. Se trasladó la Pirámide de Mayo, que había sido creada en 1811 en el centro de la Plaza de Mayo, como finalmente quedó denominada esta histórica conformación de plazas. Actualmente, se encuentra circundada por edificios pertenecientes a diferentes periodos: la Casa Rosada y la sede del gobierno de la ciudad de Buenos Aires son de fines del siglo XIX y principios del XX; el Cabildo y la Pirámide de Mayo pertenecen al periodo colonial, así como el interior de la Catedral Metropolitana. La plaza está enmarcada entre las calles Hipólito Yrigoyen, Balcarce, Bolívar y Rivadavia. Es importante destacar que el paisajista francés Carlos Thays trabajó en algunas de las modificaciones de este entorno, lo que otorgó a la ciudad una inigualable arquitectura paisajística. Las palmeras fueron traídas desde Brasil, y las golondrinas que sobrevuelan la histórica plaza a partir de septiembre, con la entrada de la primavera, provienen de los países ubicados al norte de Sudamérica.
El Cabildo fue la entidad colonial que se encargaba de la administración de una ciudad, y en el caso de Buenos Aires, el primer edificio que la cobijó se construyó en el año 1609. Fue una construcción precaria, que en 1725 se sustituyó por otra de dos plantas con balcón y una torre, además de la sala Capitular, una capilla, oficinas para jueces y celdas para presos. En este palacete sesionó la Primera Junta Patriótica Argentina el 25 de mayo de 1810. Ese mismo año, empezó a funcionar aquí la imprenta que instaló el virrey Vértiz, a fines del siglo XVIII. Una de sus primeras impresiones fue la Gazeta de Buenos Ayres, dirigida por Mariano Moreno, uno de los secretarios de la Primera Junta entre 1810 y 1811.
En sus orígenes el Cabildo contaba con once arcos, y se fue modificando con el correr de los años. Con la apertura de la Av. de Mayo, en 1889, perdió tres arcos que se ubicaban a la derecha, y al año siguiente, con la apertura de la Av. Diagonal Sur o Av. Julio A. Roca, perdió tres más del lado izquierdo; además, también se demolió la torre, debido al gran peso que soportaba la estructura modificada. En 1993 se inició una restauración para recuperar parte de la forma y estructura antiguas. En la actualidad, funciona aquí un museo. Sus salas exhiben objetos diversos y piezas originales desde el virreinato hasta la Revolución de Mayo. Vale la pena conocer la Sala de Arte Religioso, la Sala de las Invasiones Inglesas, y la Sala de Mayo y de la Independencia. Ha sido declarado Monumento Histórico Nacional.
Próxima a la Casa de Gobierno, también se encuentra un espacio circular denominado Plazoleta 11 de Junio. En esta plazuela se muestra, imponente, un monumento a Juan de Garay, quien fue el segundo fundador de la ciudad de Buenos Aires en el año 1580.
Cerca de la Casa de Gobierno se halla una plaza semicircular denominada Plaza Colón, rodeada por la Av. Paseo Colón y la Av. de la Rábida, donde puede apreciarse un monumento al descubridor de América en mármol de Carrara. Fue obsequiada por la colectividad italiana en el primer centenario de la Revolución de Mayo, en 1910.
Fue creado en el año 1957 y en él se pueden apreciar muebles, obras de arte, uniformes, condecoraciones, y otros elementos vinculados con los gobiernos y gobernantes que se sucedieron en el país, desde su segunda fundación en 1580 hasta el presente. Llama la atención las galerías subterráneas que se encuentran en este museo, que llegan aproximadamente hasta los catorce metros de profundidad, y algunas se dirigen hasta la Av. Paseo Colón. Estas pertenecieron al antiguo Fuerte de 1595 y a la denominada Aduana Nueva de 1855. Quedaron cubiertas cuando se rellenó el terreno para construir el puerto, y se descubrieron casualmente durante las tareas de demolición y construcción en 1942. La primera sala contiene bandas presidenciales y bastones de mando; la segunda sala expone utensilios, vajilla y objetos diversos. El museo cuenta con una hemeroteca abierta a investigadores.
Conocida como la Casa Rosada, por ser el color que le impuso el presidente Domingo Faustino Sarmiento en el año 1873, esta sede se construyó sobre lo que fue la Real Fortaleza de San Juan Baltasar de Austria, el primer Fuerte de Buenos Aires, que data de 1595. Los primeros gobernantes republicanos, desde la Primera Junta, en 1810, hasta el general Bartolomé Mitre en 1862, se asentaron en unas pequeñas instalaciones que quedaron del primitivo Fuerte, en el lado norte de la actual Casa Rosada. Algunos años después, luego de producido un incendio accidental en la chimenea de una estufa, se refaccionó, y casi al mismo tiempo el presidente Sarmiento ordenó la construcción de un nuevo edificio de correos en el actual sector sur de la Casa.
Diseñado con estilo renacentista italiano y francés por los arquitectos Aberg y Kihlberg, esta edificación la inauguró en 1879 el presidente Avellaneda. Más adelante, durante el gobierno de Roca, se ordenó la demolición de la Casa de Gobierno y se construyó una nueva sede de características similares al edificio del correo. Ambos edificios fueron anexados luego por medio de un arco, lo que le dio forma a su actual imagen. Además, se construyó la explanada sobre Rivadavia y se terminó de construir la fachada posterior. En su interior, donde se aprecia una variada y rica ornamentación, destaca el Salón Blanco, donde se realiza la ceremonia de asunción a la presidencia y el juramento de los ministros y secretarios de estado, entre otros actos solemnes. El techo de esta suntuosa sala se halla decorado por un lienzo del artista italiano Luis de Servi y, desde allí, cuelga además una araña de 192 lámparas. El majestuoso salón está presidido por un busto de mármol que representa a la República, conjuntamente con un Escudo Nacional de gran dimensión. El Patio de las Palmeras o de la Presidencia es el principal espacio abierto en el interior de este palacio. En él se halla: una fuente adquirida a la casa francesa Du Val D'Osne en 1910, como conmemoración del centenario de la Revolución de Mayo; y la Galería de los Bustos, que es donde figuran todos los presidentes luego de transcurridos diez años de su mandato. El balcón del exterior, sobre la calle Hipólito Irigoyen, posee una larga historia desde 1901, cuando aparece allí, por primera vez, el presidente Julio A. Roca, y posteriormente el presidente Juan D. Perón, con sus presentaciones ante el pueblo y sus seguidores hasta 1974.
Data del año 1880. La confección de la capilla se debe al arquitecto Enrique Aberg, mientras que el interior es la inspiración de Carriére-Belleuse, director artístico de la fábrica de porcelanas de Sévres. Los restos del Libertador, repatriados desde Francia, fueron desembarcados en el muelle de las Catalinas en 1880, y llevados a la plaza San Martín, donde 67 años antes había creado el Ejército de los Andes. Las tres figuras femeninas que abrazan el pedestal representan los países por los que se luchó para lograr la independencia: Argentina al centro, Chile a la izquierda, y Perú a la derecha.
Las dos primeras iglesias que se construyeron en la plaza, en calle Rivadavia y Reconquista, fueron de barro y techo de paja. La primera se construyó en el año 1587, mientras que la segunda, cuya edificación se inició en 1591, tuvo que paralizarse por orden de la Real Audiencia porque el terreno era ajeno. En 1593 se construye el primer templo de barro y paja en el espacio actual. Pocos años después se erige uno nuevo en el mismo lugar, y en 1620 se la declara Catedral. Esta iglesia ha sido reedificada, por lo menos, en seis ocasiones. La fachada fue inaugurada en 1821: se inspira en el palacio Borbón de París y fue diseñada por los arquitectos franceses Catelin y Benoit.
Destaca en su exterior la columnata de estilo clásico y una cúpula que emerge desde atrás, perteneciente al arte barroco. Las doce columnas que representan a los apóstoles de Jesús sostienen un entablamento esculpido en 1863 por el francés Jospeh Dubourdieu, que representa El Encuentro de Jacob con su hijo José en Egipto. El tema fue elegido como signo de reconciliación y unidad nacional entre el interior del país y los porteños, luego de firmado el Pacto de San José de Flores en 1859, con el cual Buenos Aires se incorpora a la Confederación y jura la Constitución de 1853. En su interior, la catedral posee valiosas ornamentos, como el altar mayor realizado en 1780, de estilo rococó, predominante en la ciudad a fines del siglo XVIII; y el Cristo tallado en una pieza de algarrobo, que data de 1671. El altar mayor y el retablo dorado los hizo el artista Isidro Lorea en 1789; la imagen es de Nuestra Señora de Buenos Aires; el altar actual, que se concluyó en 1999, le fue encargado al orfebre Carlos Pallarols. En el altar a la Virgen de los Dolores, donde se advierte en el retablo la influencia del neoclasicismo finisecular, se aprecia la imagen que fue traída desde la ciudad de Cádiz, en España, al virreinato del Río de la Plata, en 1752. El órgano del templo es de origen alemán, de 1871. Sus tubos propalan sonidos de una potencia acústica similar a una orquesta compuesta por un centenar de músicos. El piso, que se extiende por el interior de la catedral, es de mosaico, y es una obra admirable pues sus dibujos se relacionan con temas religiosos.
Se encuentra frente a la Casa de Gobierno, en un extremo de la Plaza de Mayo. El monumento, que muestra al prócer Manuel Belgrano, en una posición en la que alza la bandera por él creada en su brazo derecho, es obra del escultor francés Albert Carrier-Belleuse; y el caballo donde cabalga, también de bronce, lo esculpió el argentino Manuel de Santa Coloma.
Su denominación original fue Columna del 25 de Mayo. Mientras algunos lo definieron como un obelisco, el pueblo lo consideró una pirámide que representaba el primer monumento patriótico del territorio, erigido para conmemorar el primer aniversario de la Revolución de Mayo y la gesta de emancipación de la corona española. Junto a esta pirámide, en su momento, se colocó un puñado de tierra de cada provincia que componía el nuevo país. La estructura de ladrillo revocado fue realizada por Francisco Cañete en el año 1811, sobre una base de tres peldaños. Luego, en 1856, Prilidiano Pueyrredón enriquece sus caras con relieves, y hace colocar cuatro estatuas en cada ángulo del pedestal y una en la cúspide, que representaba la Libertad. En 1878 las cuatro estatuas fueron reemplazadas por figuras de mármol, y en 1884, demolida la Recova Vieja, se retiran las estatuas de la base y se la coloca definitivamente en el centro de la Plaza de Mayo, rodeada de vistosas palmeras.