Diferentes y diferenciados entre sí, los dos museos existentes en la localidad de Puerto Deseado constituyen espacios de gran atractivo que ningún visitantes debe omitir.
Constituyéndose como una de las construcciones más sugestivas de Puerto Deseado, la Gruta de Lourdes convoca anualmente multitudes religiosas en peregrinación. Tanto para fieles como para no creyentes, el lugar es uno de los sitios que no pueden pasarse por alto al visitar esta localidad de Santa Cruz.
Se trata de un majestuoso santuario emplazado en el Cañadón de las Bandurrias, el cual nace en el paraje Tellier y desemboca en la Ría de Deseado. Allí, la Gruta de Lourdes atraviesa un macizo de rocas volcánicas formadas hace más de 150 millones de años.
El santuario fue levantado en 1947, removiendo rocas, emparejando el piso y limpiando el cañadón.
Propio de la región patagónica, la provincia de Santa Cruz encuentra en su interior un portal hacia el pasado más remoto de la vida sobre la tierra. Fantástico, cautivante y misterioso, un bosque de coníferas mutadas en piedra seduce desde su lugar en cercanías a Jaramillo despertando el interés de los apasionados por el ayer y sus seres.
El Bosque Petrificado abarca en la actualidad unas 13.700 hectáreas y constituye un atractivo turístico por excelencia. Declarado Monumento Natural, este espacio patagónico preserva dentro de sus límites ejemplares arbóreos sometidos a antiquísimos procesos de petrificación, así como también otros tipos de fósiles que han aportado a su conversión en eje de atracción antropológica, geológica y paleontológica.
Protegiendo una amplia variedad de especies, esta área pone ante el turista la posibilidad de apreciar la fauna de la meseta en su propio hábitat -guanacos, choiques, zorros grises y colorados-, águilas moras y caranchos, entre otros. Pero allí no se agota su atractivo, sino que el mismo se ve influenciado por la existencia lindante de la Reserva Científica Monte Loayza, en la cual se encuentra la lobería continental más grande de la provincia, conformada por lobo marinos de un pelo o leones marinos.
Emplazada en el extremo sur del Golfo San Jorge, esta reserva natural protege desde 1937 la colonia de lobos marinos de dos pelos -también llamados osos marinos-, y exhibe como atractivo anexo a su paisaje, el cual se presenta dominado por la flora xerófila de la estepa patagónica, un magnífico Faro construido en ladrillos rojos y elevado sobre una mole rocosa.
Los lobos marinos parecen refugiarse al amparo del faro. Están libres y son custodiados por la atenta mirada de un guardafauna. Pero, si bien la atracción central la constituyen estos osos marinos, otras especies los acompañan en Cabo Blanco: leones marinos, cormoranes grises, de cuello negro e imperiales, son algunas de ellas.
Es el más importante de los espacios protegidos de la zona de Puerto Deseado. Su característica más distintiva es que se trata del único río sudamericano que, en remotas épocas geológicas, dejó de volcar sus aguas en el océano, permitiendo que éste invadiera el antiguo cauce de 40 km hacia el interior del continente.
Su riqueza faunística se compone por cormoranes, pingüinos de Magallanes, macaes, petreles, flamencos, cisnes, gaviotines, gaviotas, skúas, ostreros, chorlitos, palomas antárticas, garzas, toninas overas, delfines australes, lobos marinos, entre otras especies.
Geológicamente única; ornamentada por sí misma, a través de la erosión constantemente producida, con cañadones dignos de contemplar desde los miradores naturales; y llena de rarezas biológicas; contiene en su entrada a Puerto Deseado.
Incluyendo a la Isla Chata y otros islotes adyacentes de la Bahía Oso Marino, esta reserva se caracteriza por las escarpadas costas que delinean su territorio, el pintoresco faro allí existente, y principalmente, por la magnífica colonia de pingüinos de penacho amarillo que nidifica en su extensión.
Otras especies presentes en el refugio son los skúas, ostreros, patos vapor, cormoranes grises e imperiales.
Ocupa el sector de la costa comprendido entre el faro Campana en Punta Mercedes y el faro de Cabo Guardián. Allí se alimentan y nidifican cormoranes de cuello negro, gaviotas cocineras, patos vapor, patos crestones, chorlitos de rabadilla blanca.
En la bahía es posible observar ocasionalmente la presencia de toninas overas; mientras que en Cabo Guardián existe una colonia de pingüinos Magallanes bastante apreciada.