Tan variado como la vida misma, este museo recupera objetos constituyentes de la existencia del hombre y su entorno a lo largo de la historia.
Contiene restos de manifestaciones indígenas, una gran colección de flechas, raspadores, cuchillos, boleadoras. Presenta también la reconstrucción de una vivienda antigua, dentro de la cual se descubre una cocina a leña, planchas de distintos formatos, lámparas de kerosene, a lo que se suma una muestra fotográfica de los primeros pobladores de Caleta Olivia.
Una Hemeroteca compuesta por ejemplares de los diarios Crónica, Patagónico y Tiempo correspondientes al período que se vive desde 1982, completa la exposición de este magnífico museo.
Imagen representativa de Caleta Olivia, paso obligado de todo turista, El Gorosito es una escultura homenaje a los petroleros y el petróleo.
Este símbolo enigmático muestra a un trabajador con una válvula de paso en sus manos y el torso desnudo, en pleno desarrollo de su tarea, y con la mirada puesta en el horizonte, como representando la entrega que toda la Patagonia le hace al resto del país con su riqueza minera.
Delimitada con el objetivo de preservar el espacio y las especies que se encuentran dentro del mismo, destacándose entre ellas las componentes de la avifauna autóctona, la Reserva Natural Municipal de Caleta Olivia constituye un atractivo ineludible para todo turista que llega hasta estas distancias patagónicas.
Entre las más representativas aves autóctonas resguardadas en el área se encuentran: cormorán, biguá, gaviotas, ostreros; además de los asentados sobre las boyas de amarre como los lobos marinos de un pelo, declarados también Monumento Natural Municipal en 1922 ante la necesidad de brindar protección a la especie y su entorno.
Propio de la región patagónica, la provincia de Santa Cruz encuentra en su interior un portal hacia el pasado más remoto de la vida sobre la tierra. Fantástico, cautivante y misterioso, un bosque de coníferas mutadas en piedra seduce desde su lugar en cercanías a Jaramillo despertando el interés de los apasionados por el ayer y sus seres.
El Bosque Petrificado abarca en la actualidad unas 13.700 hectáreas y constituye un atractivo turístico por excelencia. Declarado Monumento Natural, este espacio patagónico preserva dentro de sus límites ejemplares arbóreos sometidos a antiquísimos procesos de petrificación, así como también otros tipos de fósiles que han aportado a su conversión en eje de atracción antropológica, geológica y paleontológica.
Ubicado a 700 m del casco céntrico hacia el oeste de la ciudad. Allí se puede observar diversos elementos vinculados a los procesos del petróleo y cartelería informativa sobre el tema, entre los que se distingue una gran torre de perforación de madera de 11 m de altura de origen alemán.